La historia de los 'grises' de Adolfo Martín

J.M.Beldad
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Mantienen la esencia del encaste Albaserrada: un animal noble pero exigente, que no permite errores y demanda una lidia inteligente y precisa, con el "hocico de rata", el pelaje cárdeno y la capacidad para humillar como características

Toros de Adolfo Martín para la corrida de Daimiel - Foto: LT

Este domingo se lidiarán reses de la ganadería de Adolfo Martín en la plaza de toros de Daimiel. Comentaba Manuel Escribano en la entrevista que le hizo La Tribuna que Daimiel había cogido "un buen ambiente torista y muy exigente". Y es que el encaste Albaserrada en la tauromaquia es sinónimo de historia y bravura. 

La tauromaquia, rica en historias de linajes y tradiciones, encuentra en las ganaderías de Adolfo Martín y Victorino Martín un ejemplo paradigmático de la continuidad y evolución del encaste Albaserrada, una estirpe que se ha convertido en símbolo de bravura y exigencia en las plazas de toros. La conexión entre estos dos nombres no es sólo de sangre, sino también de una visión compartida sobre la crianza y selección del toro de lidia, con profundas raíces en la historia taurina de España y en el campo bravo.

La historia de la ganadería de Adolfo Martín se remonta a los primeros años de la década de 1960 cuando junto a su hermano Victorino Martín adquirieron la ganadería de los hermanos Escudero Calvo. Esta compra resultó ser un movimiento decisivo para ambos, pues se trataba de una ganadería con un linaje inigualable. Fundada en 1912 por el Marqués de Albaserrada con reses de origen Saltillo, esta ganadería representaba uno de los pilares del encaste Albaserrada, célebre por su bravura y morfología distintiva.

Toros de Adolfo Martín para la corrida de DaimielToros de Adolfo Martín para la corrida de Daimiel - Foto: LT

El encaste Albaserrada, derivado de la combinación de Saltillo y Santa Coloma, se caracterizaba por producir toros de gran temperamento y fuerza, con un fenotipo reconocible: animales rectos, de encornaduras desarrolladas, cabezas alargadas y un pelaje cárdeno característico. Los hermanos Martín reconocieron el valor de este linaje y, tras la compra, comenzaron a moldear la ganadería según su criterio, manteniendo la pureza del encaste y reforzando sus características más destacadas.

La separación de caminos

En los años siguientes a la adquisición, Victorino Martín tomó el liderazgo en la gestión de la ganadería familiar, que comenzó a forjarse una reputación en el mundo taurino bajo su nombre. Victorino se enfocó en preservar y exaltar las características del encaste Albaserrada, logrando que su ganadería se convirtiera en sinónimo de toros encastados, duros y exigentes, que pusieron a prueba a los mejores toreros en las plazas más importantes de España.

Toros de Adolfo Martín para la corrida de DaimielToros de Adolfo Martín para la corrida de Daimiel - Foto: LT

Sin embargo, a principios de la década de 1990, Adolfo Martín decidió independizarse y establecer su propio camino como ganadero. Con la porción de ganado que le correspondía, formó su propia divisa, manteniendo el mismo encaste Albaserrada-Saltillo que había compartido con su hermano. Esta decisión marcó el inicio de la ganadería de Adolfo Martín, que fue reconocida oficialmente por la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia en el año 2000.

La ganadería ha sabido consolidarse como una de las más respetadas en el ámbito taurino, especialmente en Las Ventas. Sus toros, conocidos por ser largos, con cornamentas imponentes y un comportamiento encastado y vivo, han ofrecido momentos memorables en el ruedo, exigiendo lo mejor de los toreros que los enfrentan.

Faenas breves y de control

Toros de Adolfo Martín para la corrida de DaimielToros de Adolfo Martín para la corrida de Daimiel - Foto: LT

El toro de Adolfo Martín mantiene la esencia del encaste Albaserrada: un animal noble pero exigente, que no permite errores y demanda una lidia inteligente y precisa. El 'hocico de rata', el pelaje cárdeno y la capacidad para humillar en la muleta son rasgos que se han mantenido intactos, reflejo del compromiso de Adolfo Martín con la tradición y la autenticidad.

Este tipo de toro se caracteriza por ser complicado de lidiar, especialmente en los primeros tercios con el capote, pero tiene una generosidad en su comportamiento. No perdona errores, por lo que exige una constante concentración y firmeza del torero. Se trata de un toro que demanda faenas breves y de control, mostrando rapidez y espectacularidad en su enfrentamiento con el caballo, donde suelen ofrecer batallas de otro tiempo y algunos demandan más de tres o cuatro puyazos.

Según el Prototipo Racial de la Raza Bovina de Lidia, "las características morfológicas se asemejan en su mayoría a las del encaste Saltillo, aunque pueden variar los perfiles y es común encontrar reses acarneradas". Esto permite concluir que la influencia del encaste Saltillo es predominante y esencial. El toro de Albaserrada es un ejemplar de gran resistencia y casta, que se entrega en el caballo con una notable fijeza y muestra una profunda humillación cuando es lidiado con la muleta.

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Toros de Adolfo Martín para la corrida de Daimiel
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Toros de Adolfo Martín para la corrida de Daimiel - Foto: LT
La historia de los 'grises' de Adolfo Martín
La historia de los 'grises' de Adolfo Martín

La relación entre Adolfo Martín y Victorino Martín trasciende lo familiar y se enraíza en una visión compartida del toro de lidia, centrada en la preservación de un encaste que es emblema de bravura y autenticidad. Aunque sus caminos se separaron, ambos han contribuido de manera significativa a la historia de la tauromaquia, dejando un legado que se mantiene vivo en cada tarde de toros.