La Fiscalía de Ciudad Real ha descartado que Pepe Lomas sufriera un miedo insuperable o actuara en legítima defensa al acabar con la vida de Nelson David, el hombre de nacionalidad hondureña que se coló en su finca, en La Atalaya, y que recibió dos disparos mortales en la noche de la Pandorga de 2021.

El fiscal Jesús Gil ha relatado los hechos ocurridos ese día en el inicio del juicio por jurado popular que se seguirá contra Lomas la semana que viene en los alegatos presentados por las partes ante los integrantes del jurado elegido este viernes para enjuiciar al exlibrero jubilado de 81 años y para el que se piden penas de 12 años y medio de cárcel desde el Ministerio Fiscal, 25 años por asesinato, según la acusación particular, mientras que la defensa solicita la libre absolución.

En su alegato, Gil ha recordado al jurado de este mediático caso que la víctima es el fallecido y no el acusado y ha aseverado que la motosierra que tenía Nelson David al recibir los disparos no era para atacar a Lomas, sino para tratar de abrir unas puertas cerradas donde quería llevarse unos utensilios, asegurando que tampoco se puede entender el miedo insuperable que alega la defensa porque en la llamada que realizó al Cuerpo Nacional de Policía para contar lo que había pasado, "no se encontraba bajo un ataque después de haber matado a una persona". Igualmente recordó que el primer disparo se produjo a cinco metros y el segundo a cuatro, que le impactó en la espalda, ambos mortales. Después, el acusado fue a otra estancia para recargar el arma y realizar un tercer disparo. 

“Lomas vivió la mayor pesadilla que nadie se puede encontrar"

La acusación particular, por su parte, ha reafirmado su petición de 25 años de cárcel por lo que considera un asesinato ejecutado "como en el antiguo oeste, sin preguntar" ya que esa noche, aseguraron, "no hubo duda ni miedo, hubo ira, odio hacia Nelson David porque le rompió el sistema de riego de su finca".

Alegato diferente es el presentado por su defensa. Juan Manuel Lumbreras apuntó que las cinco armas que tenía Lomas esa noche, en su casa, eran por una herencia familiar, que Lomas se dedicaba al campo y se vio "desprotegido y asaltado" esa noche, en la que "vivió la mayor pesadilla que nadie se puede encontrar en su vida". "Ha estado desasistido por la Policía durante 40 años" con decenas de denuncias durante esos años. Lomas vivía con miedo y tapió las puertas y ventanas de su vivienda "por pánico". "Era un muerto en vida" y el día antes compró unos candados porque le intentaro entrar a su casa de campo. Tras incidir Lumbreras en que el acusado vivía solo, que las armas de fuego las tenía para retirar los nidos de procesionaria, relató que Lomas se encontraba durmiendo hasta que un ruido le sobresaltó, "salió y se encontró con la peor pesadilla de su vida". No mató por ira homicida, dijo. "No pensó en asesinar a una persona que no conocía, que entró en su casa y que iba a matarle", dijo Lumbreras, recordando la avanzada edad de Lomas, 77 años en el momento de los hechos. Esa noche se topó con el fallecido, que portaba una motosierra a cinco metros, "un arma" que llevaba Nelson David. "Existió miedo, pánico y legítima defensa, Lomas intentó salvar su vida", sentenció Lumbreras ante la presencia de un intruso que contaba con siete páginas de antecedentes, con una orden de expulsión, con un homicidio doloso a sus espaldas y con abusos y agresiones sexuales, denunciado por violencia doméstica, con robos, quebrantamientos de condena y enfrentamiento con la autoridad. Sumaba 36 detenciones por la Policía y nueve por la Guardia Civil. "La víctima fue José Lomas". 

El fallecido era un exmilitar y "un enfermo psiquiátrico, con desprecio a su vida", dijo Lumbreras. "No quería comer almendras" esa noche. "Iba a llevarse por delante lo que se encontrara, a robar, a matar" y recordó que unos días antes entró a la casa del hermano de Lomas, situada también en las proximidades, "quemando las puertas, destrozando todo y rompiendo una puerta de seguridad con una sierra".

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