La 'rave' limpia su basura

Hilario L. Muñoz
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Los organizadores e integrantes del movimiento de la provincia fueron la pasada semana a limpiar los restos de los que nadie se hacía cargo

La basura que había al terminar la ‘rave’ desapareció tras la intervención de los organizadores. - Foto: Rueda Villaverde

Misterio resuelto. Los organizadores de la Big Fucking Party, apoyados por algunos integrantes del movimiento rave de la provincia de Ciudad Real, participaron en la limpieza de las 50 toneladas de basura recogidas en bolsas que quedaban en los terrenos del aeropuerto de Ciudad Real. 

Fuentes consultadas por La Tribuna apuntaron a que esta limpieza, a la que acudieron esos voluntarios provistos con furgonetas a la zona, cargaron las bolsas y demás restos la semana pasada. En varios viajes fueron rebajando los montones que quedaban en la zona del aeropuerto hasta que no quedara basura. 

Desde que terminó la fiesta, el 7 de enero, los montones de residuos fueron un elemento de queja por las administraciones y los propietarios del aeropuerto. El Ayuntamiento de Ciudad Real pidió a los organizadores que lo limpiarán, se presentaron presupuestos para la retirada y desde la Subdelegación del Gobierno se recordó que había una denuncia que debía dilucidar quién se ocupaba de la limpieza y su pago. 

Aspecto que presentaba la zona tras la fiesta 'rave'.Aspecto que presentaba la zona tras la fiesta 'rave'. - Foto: Rueda VillaverdeFinalmente, como ha pasado en anteriores ediciones de la Big Fucking Party, pasados unos días y el ruido mediático, integrantes de la organización han optado por dejar la zona limpia de restos y que fueron trasladando a contenedores de los municipios cercanos. 

Los alcaldes de la zona próxima al aeropuerto explicaron a La Tribuna este miércoles que desconocían los motivos por los que se habían llenado los contenedores de residuos algunos días de la pasada semana y quién estaría detrás de la retirada de la basura en la zona del aeropuerto. La solución se encontraba en un trabajo organizado, sin hacer ruido, como ocurrió cuando se formó la macrofiesta el 31 de diciembre y que llegó de forma sorpresiva a las puertas de la capital, llegando a colapsar la A-41en la última Nochevieja.