D.R.L. ha aceptado una pena de seis años y tres meses prisión y una multa de 1,2 millones de euros por un delito de tráfico de drogas que ha reconocido este jueves ante la Audiencia Provincial de Ciudad Real, tras el acuerdo alcanzado previamente entre la Fiscalía y el abogado defensor.

La sección primera redactará una sentencia de conformidad en la que se considera probado que el acusado guardaba más de 48 kilos de sustancias estupefacientes en dos trasteros de Alcázar de San Juan: 36,34 de hachís, 1,77 de MDMA y 9,98 de cocaína. Se estima que el valor de la droga intervenida superaría los 1,2 millones de euros en el mercado ilícito.

Además de la pena de cárcel y la multa económica (el Ministerio Fiscal solicitaba en su escrito de acusación ocho años y 2,4 millones), el acusado aceptó la decomisión de todos los efectos intervenidos por la Policía Nacional: 14 kilos de sustancias para el corte de la droga; seis litros de precursores; cuatro básculas de precisión; grandes cantidades de medicamentos, como viagra; 6.800 euros en efectivo; y dos vehículos de gran cilindrada, uno de ellos con un compartimento mecánico oculto o 'caleta' en uno de los asientos para la ocultación de importantes cantidades de droga y efectivo en sus desplazamientos.

Droga y efectos intervenidos en el marco de la operación 'Truck' - Foto: LT

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, D.R.L. utilizó, desde inicios de 2023 hasta marzo de 2024, dos trasteros en un edificio de Alcázar de San Juan como 'guardería' de una red de tráfico de drogas. La investigación policial, en el marco de la operación 'Truck', que incluyó vigilancias y registros, permitió la incautación de una considerable cantidad de sustancias ilícitas.

El operativo tuvo su punto culminante el 27 de marzo de 2024, cuando agentes de la Policía Nacional accedieron a uno de los trasteros en presencia del acusado. Durante la intervención, se hallaron diversas cantidades de droga en paquetes y envoltorios, además de utensilios utilizados para su manipulación y distribución. Posteriormente, el 15 de abril, un vecino alertó a las autoridades sobre más sustancias ocultas en otro de los trasteros, lo que derivó en una segunda incautación de cocaína.