La provincia de Ciudad Real ha pasado en una década de ser un territorio que no contaba para los refugiados, quienes centralizaban su llegada, prácticamente, en Madrid, Barcelona o Andalucía a ser una provincia que acoge y que lo hace además en grandes cifras, si se compara con su población. El año pasado se cursaron 1.988 solicitudes en Ciudad Real, lo que deja la provincia, por encima, de otras zonas como Pontevedra, Valladolid, Huelva, Castellón o Alicante, y muy cerca, por ejemplo, de Navarra, que tuvo 2.171 solicitudes.
El impacto de estas cifras implica que Ciudad Real acoge a cientos de vecinos procedentes de muchos países en conflicto o por razones humanitarias y lo hace a través de cuatro entidades que gestionan programas de refugio y asilo. Se trata de Cruz Roja, la primera en llegar a la provincia en el año 2016; Cepaim, la segunda que abrió programa de refugio; Movimiento por la Paz y el Desarrollo Local (MPDL); y Accem, la última en llegar a Ciudad Real, aunque tuviera mucha experiencia en el ámbito regional, con plazas desde hace años en Guadalajara.
Todas estas organizaciones gestionan plazas, puestos del programa de refugio y que se atienden tras ser activadas por el Ministerio del Interior. Cuando una persona, pide el programa de refugio, se deriva a una de esas plazas, e inicia un recorrido que pasa por su propia formación, con el aprendizaje del idioma si fuera necesario y la educación para el empleo. A ese primer proceso sigue después una fase de apoyo de la entidad para continuar con su vida, hasta que pasado el tiempo pueda vivir con libertad y elegir su propio destino.
«Estamos con todas las plazas llenas, como es habitual», explicó el coordinador de Cruz Roja Castilla-La Mancha, Jesús Rodríguez, señalando el contexto que hay y que lleva a tener todos los recursos cubiertos a esas personas. En este sentido, hay que tener en cuenta que de esas casi 2.000 solicitudes no todas se quedan en la provincia y con plaza, algunas son derivadas a otras zonas para el proceso de asilo. Por ejemplo, en MPDL durante el año pasado se atendió a 120 personas refugiadas. «La inmensa mayoría o una parte importante de las personas que nos llegan ya vienen con su solicitud hecha», señaló el coordinador regional de esa entidad, Manuel Lorenzo, y viene derivadas de otras provincias donde habían realizado su solicitud.
Igualmente, solicitar asilo no implica su concesión. Salvo en los ciudadanos de algunos países, que se concede casi de forma automática por razones humanitarias, tras una solicitud arranca un periodo de tiempo indefinido que puede culminar con una negativa del Ministerio, incluso, aunque se encuentre ya trabajando y con su vida hecha en la provincia.
Comparativa regional.
Para hacerse una idea de lo que implican los datos de Ciudad Real, en toda Castilla-La Mancha se solicitaron 5.787 peticiones de refugio, por lo que una de cada tres peticiones de refugio se iniciaron en esta provincia. Yendo a aquel 2013, en que no había la actual demanda de solicitantes, hubo en la región 105 peticiones y solo tres se hicieron en la provincia. Entonces el conflicto de Mali marcaba estas peticiones y la mitad de las solicitudes procedían de aquel país.
Esto muestra que el incremento de la provincia se ha dado también a nivel regional, se ha pasado de 100 a 5.787, aunque es Ciudad Real una de las que más aumenta en volumen durante esa década. Solo el año pasado, en Ciudad Real se duplicaron las solicitudes de asilo, cuando en España crecieron un 37%, mostrando que el hecho de que ya haya solicitantes en la provincia, hace que haya más personas que pidan el asilo aquí, por ejemplo, familiares que llegan y acuden a la Comisaría a iniciar el proceso.
A todos estos datos de solicitudes se suman las cifras de protección temporal, concedidas a ciudadanos ucranianos, y que se han otorgado 62 desde la provincia de Ciudad Real durante el año pasado.