Con más de cuarenta obras de teatro estrenadas, treinta películas y treinta y ocho programas y series de televisión en su haber, Carlos Hipólito es uno de los actores españoles más reconocidos y más queridos. Su paso por el Festival Internacional de Teatro de Almagro, con su obra Burro, ha sido un éxito incontestable y ha gozado del aplauso unánime.
Este fin de semana ha participado en los encuentros que organiza el Ateneo de Almagro, dentro de las actividades del Festival.
Con su intervención se cierra este ciclo por el que han pasado, a lo largo de este mes de julio, el iluminador Pedro Yagüe y las directoras Ana Zamora y Laila Ripoll.
Carlos Hipólito: “Me sigo sintiendo como un principiante” - Foto: Festival deAlmagro¿Cómo contemplas tu biografía desde tu experiencia actual?
Cuando escucho mencionar la gran cantidad de cosas que he hecho, la verdad es que me quedo sorprendido, porque me sigo sintiendo como un principiante. Ya sé que tengo una trayectoria, que tengo más armas porque he trabajado mucho tiempo y he conseguido trabajar con muy buenos compañeros, buenos directores, buenos equipos, buenos textos y todo eso me ha hecho aprender mucho y sé que tengo más recursos, pero el tener más experiencia no significa ser dueño de todo esto. Yo a veces contemplo mi trayectoria y es como si lo hubiera hecho otra persona.
Hablando de tu último trabajo: Burro. La recepción del público fue impresionante. Nada más hacerse el oscuro final, todos saltamos de la butaca para ponernos en pie y aplaudir tu interpretación que se desarrolló como si fuera un juego, con una apariencia de facilidad y una fluidez sorprendentes. Parecía que estuvieras jugando.
Carlos Hipólito: “Me sigo sintiendo como un principiante” - Foto: Festival deAlmagroActuar en inglés se dice play y en francés jouer, que quiere decir "jugar" en los dos idiomas. Yo creo que los actores jugamos a ser otros; no nos convertimos en otros. Recuerdo una anécdota que contaba Fernando Fernán Gómez que se preguntaba por qué la gente se extrañaba de que fuera actor, cuando lo extraño, según él, era que la gente hubiera renunciado a su primera vocación que es, precisamente, la de ser actor, porque todos hemos jugado a ser príncipes, policías, ladrones, princesas, magos o cowboys, para luego dedicarnos a cosas tan extrañas como ser médicos, notarios o abogados…
Nuestro trabajo consiste en jugar; con unas reglas, por supuesto. Hay que ser muy serio para que esas reglas se respeten siempre: hay que tener respeto por el público, por tu propio instrumento, por el trabajo personal, para que la técnica y la emoción se combinen y puedan conectar con el espectador... Pero se puede trabajar feliz, especialmente cuando te toca interpretar un espectáculo como Burro quees un texto hermosísimo de Álvaro Tato, con muchas posibilidades de jugar como intérprete… yo interpreto catorce personajes dentro de la obra... Hago muchas voces diferentes, de cada uno de ellos: varios burros y burras, Rucio, un centurión romano… hasta hago de Dios… hago tantas voces que mi amigo Carlos Latre, cuando vino a ver la función me dijo: "a ver si me vas a quitar el trabajo…"
Decía el maestro de actores William Layton que el mejor trabajo actoral es el que no lo parece; que la gente tiene que creer, cuando te está viendo, que lo que estás haciendo es muy fácil, aunque a ti te esté costando la vida y estés haciendo un esfuerzo enorme. Él deseaba que la gente, cuando viera trabajar a sus alumnos, nunca dijera "¡Qué buen actor es!" lo que quería que dijeran es: "¡Pobre hombre... lo que le está pasando…!
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Carlos Hipólito: un actor al que es un placer escuchar, como quedó confirmado por el lleno total de la sala del Parador de Almagro donde tuvo lugar esta entrevista, con un público que demostró, en todo momento, su cariño por un intérprete siempre querido y admirado.