Escribano: "Daimiel ha cogido un ambiente torista y exigente"

J.M.Beldad
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El diestro de Gerena se encerró con seis toros este fin de semana en Tarifa para celebrar sus veinte años de alternativa. La corrida se saldó con once orejas y un rabo. Escribano está cuajando una de las mejores temporadas de su carrera

El diestro Manuel Escribano - Foto: EFE

Manuel Escribano (Gerena, 1984) es un torero que ha sabido ganarse el corazón del público a base de entrega, valor y una técnica depurada que le permite enfrentarse con solvencia a toros de los encastes más variados. Su capacidad de conectar con la afición y transmitir emociones en cada faena le ha permitido destacar en las últimas temporadas, sorprendiendo en plazas de renombre.

Una de sus actuaciones más memorables fue ante los temidos Miura en la Feria de Abril de Sevilla en 2013, donde demostró su temple y maestría. Su amplio repertorio y su capacidad para crear espectáculo han generado grandes expectativas, consolidándolo como un torero fuerte en España y con una ferviente afición en Francia por su poderío con las ganaderías 'toristas'. 

Dicen los entendidos que está siendo su mejor temporada. ¿Qué balance hace usted? 
Está siendo una temporada muy buena, porque estoy rindiendo a un nivel muy bueno. Es el nivel que voy buscando y voy queriendo. Cada día busco la perfección, la mejora en mi toreo y mi mejor versión. Estoy contento más allá del triunfo en sí mismo por lo bien que me siento delante de la cara del toro y lo a gusto que estoy.

El diestro Manuel EscribanoEl diestro Manuel Escribano - Foto: EFE

La corrida de Adolfo Martín supone un aliciente interesante para una plaza de tercera como Daimiel. ¿Qué espera de los 'grises'? 
Es la segunda vez que toreo en Daimiel. La primera con Victorino y esta con Adolfo. Es una compromiso porque estos toros son difíciles y serios. No es nada fácil para el torero ponerse delante. Aunque cierto que tienen el aliciente de la emoción de "a ver qué puede pasar", porque son toros que te encumbran y te permiten conseguir cosas grandes. Eso de torear "como nunca" que ya ha demostrado con este tipo de toros. Así que con ilusión y con responsabilidad, pero con el plus de saber que es una corrida costosa que no te va a regalar nada. Daimiel se ha convertido en una plaza con un toro exigente.

Está usted en un año en el que su concepto delante de los toros se muestra con poderío. La tarde Sevilla fue sonadísima. ¿Ha llegado el mejor Manuel Escribano?
No sé si ha llegado el mejor, porque sigo buscando mejorar y llegar más lejos. Si algún día tuviera esa sensación de satisfacción y de saber que he llegado al tope, creo que pararía mi carrera. Pero todo lo contrario, pienso que puedo ser mejor torero todavía. Es lo que busco día a día. Si es cierto que estoy en un momento de madurez muy bueno, tanto físicamente como mental y personalmente, y es eso lo que te hace sacarle todas las virtudes a los toros y tratar de tapar y arreglar todos los problemas que te pueden poner los animales. Eso te da una capacidad más amplia para estar a gusto y para poder torear bien. A menos que un toro se resbale, cuajar el toro solucionándole los problemas.

Ha cortado usted once orejas y un rabo a seis toros este fin de semana en la corrida de Tarifa en la que celebraba tanto su 40 cumpleaños como sus 20 años de alternativa. ¿Cómo valora su carrera hasta el momento?
Ha sido una celebración porque estoy viviendo estos 20 años con una intensidad inmensa. He pasado, por suerte o por desgracia, por todo lo que puede pasar un torero. Han sido años apasionantes, años en los que he vivido la tragedia, he vivido el triunfo, he vivido el ostracismo, y es que ha sido una vida entregada al toro, donde me ha hecho disfrutar como nunca, donde he sabido vivir cada momento, sentir cada momento, saber en la situación que estaba en cada momento y siempre disfrutando de la tauromaquia que es mi vida y es mi pasión.

A los toreros que lidian ganaderías duras no se les valora tanto la expresión artística y se suele valorar más el poderío físico de mandar sobre esos toros. ¿Cree usted que hay cierta infravaloración respecto a eso?
El que no tiene expresión artística, no la tiene, así mate la de Miura, la de Juan Pedro o la que sea. Y al contrario, pues igual. En mi caso, he podido demostrar muchas veces, como el otro día en Málaga con el toro de Murteira, que me lo permitió, que puedo torear muy despacio y parar los toros. Patatero, de Victorino, en Sevilla, es otra muestra de ello. Faenas que se pueden considerar de gran expresión artística, con toreo largo y templado. Por circunstancias, considero una suerte poderle a muchos toros y poder matar los toros de las ganaderías duras. Lo veo una virtud. Me siento muy orgulloso de tener el pulmón y el corazón de poder a los toros dificultoso y duro, y luego ser capaz de cuajar toros mejor que otros que pueden ser considerados artistas. 

Su físico actualmente parece de deportista de élite. ¿Cuál es su entrenamiento y su preparación? 
Tengo un preparador físico que es quien marca la rutina y quien ha estudiado sobre mí y sobre la tauromaquia. Es más, ha hecho una tesis de la preparación física del torero, que ha hecho conmigo y sabe lo que necesito en cada momento. El físico lo trabajo en una hora más o menos, con trabajo funcional, fondo, fuerza, agilidad, velocidad, reacción... Y trabajamos muchas variables de decisión y siempre sabiendo en qué momento de la temporada estamos para regular la intensidad de los entrenamientos. Y luego muchísimo trabajo de salón, que ocupa el resto del día. Tengo a José Luis Peralta, mi banderillero, encima de mí para corregirme para pulir defectos que suceden durante las corridas y los tentanderos. 

¿Qué espera del ganado en la corrida de Daimiel? De presentación parece que van bastante bien...
Daimiel ha cogido un ambiente torista y con unos toros fuertes y con buena presentación. Así lo decide Alberto García, que es el empresario y es el que lo ha considerado así. No soy tan partidario del toro tan grande en este tipo de plazas porque supone una exigencia mayor, aunque al final el toro depende de sus ideas y de su comportamiento. Sí es cierto que cuánto más cuerpo, más exigencia para que te de todo lo que tiene. Está demostrado que el toro de Adolfo Martín embiste. He toreado los grandes, los pequeños... Hay que buscar que saque la personalidad de los 'grises', la humillación, la forma de colocar la cara, ese fondo de bravura y de seriedad con esa forma de gatear, con raza, que tanto gusta y eso es lo que buscaré que saquen. Va a ser una corrida interesante y a los toreros nos exigen entrega total. Yo voy a triunfar y a enseñar lo mejor de mí. 

Poco a poco ya se va configurando la temporada que viene... ¿Cómo cree que será su 2025? 
Sobre todo lo que espero, y no está en mis manos, es la respuesta empresarial. Recibo el cariño y el amor del público, siento que la gente quiere verme y lo hace. Y yo no voy a defraudar a nadie ni a engañar a nadie que pague una entrada por verme. Lo doy todo. Así que espero que el empresariado sepa responder a eso, sepa calibrar en el momento que estoy y sea capaz de ser justo y de ser agradecido con lo que un torero entrega en la plazqa. A partir de ahí, todo lo que venga es día a día, paso a paso, y lo que uno consiga con su espada y su muleta.

Dígame una faena que quizás no fue tan mediática, pero que uno se guarda como oro en paño.
La que le cuajé a Baratero, precisamente de Adolfo Martín, hace dos años en El Puerto de Santa María. Esa faena se acerca al toreo que sueño. Fue esa faena rotunda de principio a fin por la que uno lucha.