Javier López

NUEVO SURCO

Javier López


Sin salida

29/01/2025

La semana pasada volvió a ponerse de manifiesto que la legislatura actual tiene mala pinta, un laberinto sin salida, a decir de Emiliano García-Page, que volvió por donde suele tras la foto de rigor con  Pedro Sánchez en la que se autoincluyó Pedro Sánchez en el congreso regional del PSOE en Castilla-La Mancha. Con parada en El Hormiguero: «El PSOE está por encima de cualquier dirigente y cualquier época» para añadir que él lleva en ese solar más que cualquiera de los máximos dirigentes actuales, y poner las cosas de nuevo en su sitio: «la relación con Sánchez es muy poca», dijo el presidente castellanomanchego. ¿Es García-Page la salida? Hoy el Gobierno de Sánchez está sin salida porque a todas luces hay un gobierno que está, que aguanta, pero que no tiene capacidad de gobernar. Está en manos de Carles Puigdemont, el prófugo de la Justicia que tiene al país cogido de donde más duele en virtud de unos pactos de muy difícil viabilidad.
El caso es que el Gobierno vuelve a la carga una y otra vez en busca de cuadrar el círculo pero no parece que haya muchas posibilidades de acuerdo mientras el país se encuentra en una situación de bloqueo. El sentido común indica que la única salida ante un laberinto de tal envergadura sería la convocatoria de elecciones: que el pueblo hable y que se clarifique la situación. Posiblemente si al frente del Gobierno tuviéramos a una persona con un biotipo diferente esta sería la salida más lógica y ya se hubiera producido, es más, es posible que no hubiera tenido lugar una investidura enganchada a los siete votos de Puigdemont y una ley de amnistía dudosamente constitucional. Pero al frente del Gobierno tenemos a una persona que ha demostrado una adicción al Poder fuera de lo común, saltándose límites, estirando hasta la temeridad todo lo que pude dar de sí el edificio constitucional. ¿Cuál es el proyecto de Pedro Sánchez más allá de su permanencia en la Moncloa?
La pregunta se recrudeció la semana pasada con el bloqueo del decreto de las pensiones a manos de Puigdemont, que volvió a poner de manifiesto la inviabilidad de la legislatura. Hoy lo que sabemos, lo que hay de nuevo, es que permanecemos en el 'ir tirando' como sea. La única salida al laberinto serían unas elecciones que pueden tener una mayoría de gobierno clara o no. Hay encuestas que señalan una mayoría clara del PP, absoluta si se formaliza un pacto con Vox, pero las encuestas fallan más de la cuenta. Lo que está claro es que Pedro Sánchez está dispuesto a resistir hasta 2027 y eso pasa irremediablemente por entenderse con Puigdemont. Por eso nos encontramos en un laberinto sin salida: lo que es bueno para los intereses de permanencia de Sánchez no puede ser bueno para España si es acosta de pasar por los chantajes de una persona que ha huido dela Justicia y que desea la destrucción del conjunto.
Que nadie piense que una moción de censura en la que participe Junts junto con el PP y Vox es posible. Sería una ecuación altamente improbable. A los de Puigdemot les interesa mucho más una muerte a cámara lenta y mientras tanto ir despedazando el botín. Si han de convocarse elecciones que sea por agotamiento no por ruptura. Tras haber esquivado la imposición de presentar en el Congreso una cuestión de confianza veremos otro tipo de cesiones y también la famosa foto de Sánchez con el líder independentista. Esa foto podría ser el aire que necesita Sánchez para respirar un rato más, si bien  sin aprobar presupuestos querer seguir hasta 2027 es una irresponsabilidad y una agonía para el resto de los españoles. El presidente jugará su carta en materia de relato, no habrá sorpresas: «o yo o la ultraderecha, los amigos de Trump, los cavernícolas». Lo que ocurre es que este relato de probada efectividad tiene las patas cada vez más cortas a medida que el desgaste de su gobierno es cada vez más evidente. Solamente la aprobación de unos presupuestos le podría dar un punto de apoyo real que hiciera ver a la opinión pública que existe un 'bloque de legislatura' difícil pero no imposible a la hora de concretarse en una acción de gobierno. Las tensiones y las incoherencias seguirían existiendo, también los agravios para el resto de los españoles, pero el Congreso habría dado el visto bueno a una hoja de ruta que ya podría ser prorrogada sin grandes problemas hasta 2027. Todo lo que  no sea eso es transitar por el camino más absurdo de todos los que se han visto en nuestro país durante las últimas décadas.