'El Monstruo de los Jardines', un Calderón que engancha

Hilario L. Muñoz
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La obra de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que se podrá ver hasta el domingo, triunfa en las noches del Festival de Almagro con un montaje ambicioso y moderno, en el que se conjuga la seriedad del texto de Calderón con la comedia más moderna

'El Monstruo de los Jardines', un Calderón que engancha - Foto: Festival deAlmagro

Convertir una tragedia como es el alistamiento en el ejército y la muerte de un joven en la guerra en una comedia es un reto. Hacerlo a través de un texto en el que se mezclan todos los temas de Calderón de la Barca y desarrollarlo de una forma amena, significa hacer posible lo imposible. La Compañía Nacional de Teatro Clásico logra superar ambas pruebas con El Monstruo de los Jardines, que se podrá ver hasta el próximo hasta el 28 de julio y que en las primeras funciones ha cosechado noches de éxito con varios minutos de aplausos. 

Lo hace con dos elementos. Primero con una obra que se cuece a fuego lento, en la que el público se va metiendo poco a poco en la historia, desde una pequeña isla griega, hasta acabar casi en lo absurdo, con personajes, que son capaces de rebobinar lo que se ve en escena o en la que las historias que cuentan los personajes cobran vida en segundos planos. Para lograrlo utiliza el segundo de los elementos claves del juego narrativo de El Monstruo de los Jardines, la  escenografía, realizada por Mónica Boromello. Con ella se disponen todos esos planos, del montaje serio, en el centro, donde dialogan los personajes; mientras que fuera, en una círculo móvil, hay una rueda del destino en la que van apareciendo el resto de aspectos, la historia de la que no pueden escapar los personajes. Una magnífica composición de escenas, dirigidas por Iñaki Rikarte.

La historia del Monstruo de los Jardines cuenta la parte más mitológica de Aquiles, antes de su participación en la guerra de Troya y lo que se narra en la Iliada, donde es clave para el triunfo griego y donde encuentra su muerte. Así, inicia la obra, cuando su madre, Tetis, trata de evitar ese destino y lo encierra en una cueva. Calderón utiliza este recurso para plantear a Aquiles como un Segismundo, que sale al mundo, atraído por la música, y que decide abandonar la oscuridad guiado por Deidamia, hija del rey de Grecia, a la que sigue a su país disfrazado como su prima. Mientras, Ulises, el héroe griego, trabaja en alistar a Aquiles al ejército, tratando de encontrarlo para que cumpla con su destino. Por último, Lidoro completa el embrollo clásico, al estar comprometido con Deidamia, que no quiere este matrimonio, ya que prefiere seguir su corazón a los designios de su padre. 

'El Monstruo de los Jardines', un Calderón que engancha'El Monstruo de los Jardines', un Calderón que engancha - Foto: Festival deAlmagro

Con este juego de intereses, la obra sigue muchas de las preguntas de Calderón, como el sentido de la vida, el papel de la sociedad, la libertad individual y cómo ésta entra en conflicto con el sentido del deber y la sociedad. Refleja una historia humana, que sigue en vigor, con quienes huyen de la guerra y no quieren alistarse, con los que descubren el amor, por primera vez, y no saben poner nombre a sus sentimientos o la rebelión de los hijos, necesaria para iniciar sus vidas. Un drama de tintes complicados que salva una puesta en escena valiente, moderna y ágil, tratando de acercar al espectador del siglo XXI, el teatro clásico, como la CNTC, sobre todo en su versión joven, está consiguiendo en los últimos años. 

La última parte del montaje se sustenta sobre unos actores que deben seguir el camino que va de lo serio a la comedia en cuestión de segundos. Resulta clave su complicidad para llevar de la risa al drama, como el trabajo que hacen Ania Hernández y Pablo Laborda, Daimonia y Aquiles, entre mariachis y llamadas a la guerra; o Felipè Muñoz, que con seriedad transita en la ignominia en la que se va encaminando su personaje. Mención aparte merece Xavi Caudevilla, que como ocurriera en La Discreta Enamorada su aparición en escena dispara la visión cómica de la obra y cada segundo en las tablas lleva a las carcajadas, con su papel de Libio, el criado de Lidoro. Iñigo Arricibita, como Rey; Marc Servera , como Ulises; y Miriam Queba, como Tetis, completan la terna de protagonistas, que tienen en su entorno a María Rasco, Cristina García, Nora Hernández, Antonio Hernández y Cristina Marín- Miró al coro, en su versión más clásica, con cantos incluidos durante la obra. 

'El Monstruo de los Jardines', un Calderón que engancha
'El Monstruo de los Jardines', un Calderón que engancha - Foto: Festival deAlmagro

La obra es un acierto en cada nivel, una manera de acercar un clásico que Calderón de la Barca hizo para la Corte al público del siglo XXI y una obra que demuestra que el verso puede ser entretenido y que puede enganchar mediante la acción y no solo con la palabra.