La salud mental de Lomas protagoniza la tercera jornada

Manuel Espadas
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Los forenses que realizaron el informe pericial infieren que tenía "preservadas sus capacidades volitivas y cognitivas" cuando disparó, aunque un informe psiquiátrico privado de parte habla de que el acusado padece un trastorno paranoico

Juan Manuel Lumbreras, abogado del acusado, se vale de un metro para aclarar la altura desde la que su representado habría disparado, delante de los autores del informe de la autopsia. - Foto: Rueda Villaverde

José Manuel Lomas tenía pleno conocimiento de la situación, comprensión y capacidad de respuesta, con una "normalidad psíquica" que le permitía tener "preservadas sus capacidades volitivas y cognitivas", esto es, que era consciente y sabía lo que hacía cuando disparó hacia el asaltante de su finca. Así se refleja en el informe pericial forense elaborado por los médicos del Instituto de Medicina Legal (IML) que examinaron al acusado y que analizaron toda la documentación disponible, entre ella, la grabación de la llamada telefónica que éste realizó a la Policía Nacional alertando de lo sucedido en aquella madrugada de agosto de 2021.

Según este informe de imputabilidad, requerido por mandato judicial, el librero jubilado no padecía una "psicopatología llamativa", y solo se pudo ver afectado aquel día por las "emociones" de una situación de estrés como fue ver a una persona invadiendo su propiedad, y en un contexto de asaltos y destrozos anteriores que provocaban que Lomas viviera con miedo.

Los dos psiquiatras que han testificado este miércoles, en la tercera jornada del juicio con jurado popular que se desarrolla en la Audiencia Provincial por el crimen que costaba la vida al ciudadano hondureño Nelson David Ramírez, han advertido que en su exploración clínica-forense de José Lomas, realizada casi tres meses después de los hechos, no advirtieron que padeciera ningún tipo de trastorno psíquico que pudiera haberle cegado en su reacción en la noche de los hechos, cuando cogió su escopeta y disparó en tres ocasiones sobre un presunto saltante, antes de llamar a la Policía. "Tenía capacidad de comprender y de obrar", reiteraban los forenses, que también referían la falta de antecedentes psiquiátricos del investigado.

Los psiquiatras autores del informe de imputabilidad, ante el tribunal.Los psiquiatras autores del informe de imputabilidad, ante el tribunal. - Foto: Rueda Villaverde

 

Informe de parte contradictorio

Sin embargo, a petición de la defensa, también comparecía en la sala José Carlos Fuertes, doctor en Medicina especialista en psiquiatría clínica y forense, experto en informes periciales, que explicaba los detalles de un informe elaborado  por encargo del hermano de José Manuel Lomas, en el que, al contrario de lo interpretado por los profesionales del IML, sí se le diagnostica un "trastorno de la personalidad severo" y la enfermedad denominada "trastorno delirante", antes conocida como paranoia. Así, el profesional describía al acusado como "una persona que se considera perseguido, maltratado, con un miedo permanente, viviendo en una paranoia continuada, con una locura razonada", lo que le provocaba una "merma importante" de su capacidad volitiva. Fuertes, aunque sí cree que Lomas era consciente de todo lo que hacía, considera, a tenor de su informe, que no era capaz de parar en su modo de reaccionar a esa situación, y ponía como ejemplo la novela de 'Los renglones torcidos de Dios' para justificar que este tipo de enfermos esquizo-paranoies "nos la cuelan a los psiquiatras todos los días".

 

El primer disparo ya resultaba mortal

Hoy también ha sido el turno para el informe sobre la autopsia realizada al cadáver de Nelson David, en el que se confirmaba que la víctima recibió dos disparos, el primero en la cara anterior del tórax del hombro izquierdo, y el segundo en la espalda, concretamente en la zona interescapular, ambos en el mismo plano. Los dos presentaban una trayectoria descendente, lo que explica que la víctima estaba en una posición inferior (agachado o agazapado) con respecto al tirador. El primer disparo habría provocado que el cuerpo de Nelson David se girara sobre su eje, y por ello el segundo impacto le alcanzaba por la espalda. Según los médicos forenses autores del informe, el primer disparo, que le provocó una herida de 5,6 centímetros de diámetro, le afectó al pulmón izquierdo, al igual que la segunda, de 4,4 centímetros de diámetro. El primer impacto ya habría resultado mortal dada la gran hemorragia que provocó. Nelson David murió desangrado.

 

A 4/5 metros y con la escopeta de Lomas

Los facultativos del Instituto Nacional de Toxicología han sido los primeros en pasar este miércoles por delante del tribunal para exponer su informe sobre los detalles de los disparos que acabaron con la vida de la víctima. Tras analizar muestras de tejido y de ropa de Nelson David, los peritos consideran que los dos disparos se produjeron a una distancia de entre 4 y 5 metros, tras estudiar sus efectos causados, con un orificio principal y varios satélites, al tratarse de munición de cartuchería (perdigones) que se dispersa en el blanco más o menos según la lejanía del disparo.

Además, otros peritos confirmaban que los dos disparos que acabaron con la vida de Nelson David fueron ejecutados, sin lugar a dudas con la escopeta Víctor Sarasqueta propiedad de José Lomas, pues los dos tacos encontrados en la escena del crimen tenían su huella.