El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 y de lo Mercantil de CiudadReal ha aprobado la solicitud de concurso de acreedores voluntario de Alquimia Soluciones Ambientales, empresa matriz del Centro de Investigación y Desarrollo para la Recuperación Ambiental (Cidra), con sede en el polígono industrial Daimiel Sur. Allí destacan desde hace cinco años unas vanguardistas instalaciones para la gestión de residuos, 24.000 metros cuadrados de I+D+i, donde sin embargo la crisis sacude con fuerza sobre todo desde los primeros meses de 2011.
En julio del año pasado escenificó su agonía con el anuncio de un expediente de regulación de empleo que supuso el despido de 23 trabajadores cualificados para tratar de mantener el proyecto con solo 41 en plantilla, menos de la mitad que en su etapa más próspera (87). «Se quedan sin ningún empleado las áreas de I+D+i y consultoría y desaparece también prevención de riesgos laborales, muy importante en una empresa de tratamiento de residuos tóxicos y peligrosos», destacaba en esas fechas el comité de empresa. Los despedidos fueron dejando la empresa de manera escalonada entre septiembre y octubre y, pocos meses después, el 20 de diciembre, el infortunio se cebaba con Cidra al sufrir un incendio en un contenedor con residuos químicos y de pintura en su nave industrial que causó cuantiosos daños materiales, aunque no hubo que lamentar heridos.
Pero el mayor incendio sigue latente: aunque el Cidra colabora con más de 20 universidades y centros de investigación, ya el año pasado sufría impagos de la Junta y el Gobierno central, principalmente derivados de servicios ya prestados y de estudios y trabajos de consultoría ya firmados y entregados por la empresa de gestión de residuos, participada por distintas instituciones de la región, incluido el Gobierno autonómico. Y además, la propia directora del centro, Lourdes Rodríguez, reconocía entonces que apenas estaban recibiendo residuos que tratar porque las empresas se los llevaban fuera o directamente al vertedero «por no existir una normativa que sí hay en otras regiones» para obligar al tratamiento en la misma Comunidad donde se generan.
«Esta realidad sangrante está a punto de llevar a 66 investigadores y trabajadores al paro y al cierre de una instalación en la que se han invertido más de 24 millones de euros por parte de emprendedores e investigadores castellano-manchegos», clamaba la directora del Cidra en declaraciones a La Tribuna publicadas el 11 de julio de 2011. Y hoy la crisis de Cidra es más que una realidad, aunque su epitafio pende del resultado del concurso de acreedores que acaba de iniciarse.
el concurso. La aprobación del procedimiento se dictó el pasado viernes y se publicaba ayer en el Boletín Oficial del Estado. Se trata de un auto de declaración conjunta de concurso voluntario de Alquimia y su filial Cala Innovación, cuya sede se encuentra en Lepe (Huelva). En este sentido, la jueza acepta «la mera intervención de las facultades de administración» de Alquimia y Cala, que seguirán gestionando su patrimonio, pero «quedando sometidas a la autorización o conformidad» de la administradora concursal, cargo para el que se ha designado a la abogada colegiada en Madrid Manuela Serrano.
Ahora es el turno de los acreedores, que deben notificar a la Administración Concursal las cantidades que les deben Alquimia y su filial. Y entre ellos los propios trabajadores del Cidra, que hoy mismo tienen prevista una reunión con responsables de la empresa para conocer el alcance de la situación en que se encuentran.