La Fiscalía de Ciudad Real pide casi 30 años de cárcel para J. P. G., un hombre de 36 años al que considera culpable de hasta siete delitos entre los que aparecen dos de agresión sexual con acceso por vía vaginal, anal y bucal, otro de maltrato habitual, otro de odio y de amenazas por unos hechos que habría cometido contra la que fue su pareja entre enero de 2022 y el mes de abril de ese año, cuando ya habían roto, según recoge el escrito de la acusación.
Tanto el acusado como la víctima compartían una relación sentimental durante seis años, periodo en el que tuvieron una hija común. Según la Fiscalía, en enero de 2022, el acusado se personó para recoger con su coche a la víctima en un curso que estaba realizando. En el viaje de vuelta al domicilio familiar, le propuso mantener relaciones sexuales a lo que la mujer se negó. Sin embargo, él llevó el vehículo a un camino rural diciendo a la que entonces era su pareja que iban a mantener relaciones "por las buenas o por las malas", sacando un hacha de pequeñas dimensiones que portaba en el vehículo "para quebrantar el consentimiento de su pareja", a la que obligó a mantener esas relaciones, amenazándola después con matarla si le denunciaba o contaba algo.
Unos meses después, en abril, haciendo cesado ya la relación sentimental entre ambos, el acusado, de madrugada, acudió al que había sido el domicilio familiar a recoger enseres que le pertenecían. Accedió al interior con sus llaves. La denunciante, asegura la Fiscalía, "tan pronto como le vio acceder se encerró en el cuarto de baño, siendo entonces cuando el acusado entró en el mismo". Allí, tras propinarla varios golpes, volvió a abusar de ella, dirigiéndose a ella en términos como "esto es lo que os gusta a las putas y las negras".
La Fiscalía también relata que durante el último año de relación, la mujer fue víctima de una situación de control y dominio por parte del acusado, "con continuos desprecios, amenazas, forcejeos, conatos leves de agresión, insultos racistas y homófobos, control de móvil y redes sociales llegando incluso a controlar el entorno y personas con quien ésta se relacionaba, hasta crear en ella una situación de desasosiego, ansiedad y angustia continuo". Ante toda esta situación, ella puso fin a la relación en marzo de 2022. Una decisión que no fue aceptada por el acusado quien "continuó hostigando y molestando" a la denunciante con 71 llamadas telefónicas con intención de retomar la relación, con multitud de whatsapp insultándola gravemente y amenazándola con quemarla viva y haciendo alusión a la condición racial de su expareja, con ánimo de menoscabar y despreciar la raza negra "con finalidad racista y homófoba".
Finalmente, el acusado llegó a difundir en Facebook y en Instagram fotos íntimas de contenido sexual de su expareja que había obtenido de su móvil de una relación anterior, mandando las imágenes también a familiares y conocidos de la denunciante.
Por todos estos delitos, la Fiscalía pide 10 años y medio y otros 12 años de cárcel por las dos agresiones sexuales; dos años y medio por maltrato habitual; 10 meses por coacciones leves; un año por amenazas leves; dos años más por delito de odio; y un año más de cárcel por un delito de sexting. En total, 29 años y diez meses.