El Balonmano Caserío despide este sábado en Santander un año 2024 histórico, en el que se clasificó por primera vez para la fase de ascenso a la Liga Asobal y se convirtió en el primer equipo de Plata en disputar una fase final de la Copa del Rey por méritos deportivos. 

El final del año coincide también con la conclusión de la primera vuelta y el conjunto amarillo tiene opciones de lograr el título honorífico de campeón de invierno. A falta de esta jornada, el Caserío está empatado en el liderato con Burgos y Eón Alicante y cuarto es precisamente el Sinfín Santander, con dos punto menos.

Una salida muy exigente, por lo tanto, y muy emotiva para el entrenador del Caserío, Santi Urdiales, natural de Santander y que se formó como jugador en el propio escenario del encuentro, el pabellón La Albericia, donde vivió en primera persona los éxitos del Teka Santander, del que formó parte su hermano Alberto antes de que él llegara también al primer equipo cántabro.

«Volver a Santander siempre es especial para mí y más al pabellón La Albericia. Allí debuté y guardo muchos recuerdos. Allí ganamos una Recopa, jugamos otra final contra Ademar... Me acuerdo de ver a mi hermano ganando la Copa de Europa y seguro que cuando llegue allí me llegarán muchos recuerdos. Estarán mi familia y mis amigos y, para mí, poder ir a Santander con mi equipo, el Caserío, es algo que me hace mucha ilusión. Es un orgullo poder llevar a este club, al que llevo unido casi desde su fundación, a un pabellón con tanta historia como La Albericia», repasó Santi Urdiales.

El destino ha querido que sea Santander el lugar elegido para cerrar un 2024 «histórico para el Caserío. Vamos desbloqueando logros y ahora queremos ser campeones de invierno, que sería algo muy bonito».