Un riojano actuando en la obra de otro riojano; esto es Pepe Viyuela, representando la obra del desconocido autor del Siglo de Oro, Gregorio González. Es lo que se pudo ver en el estreno de Guitón Onofre. El pícaro perdido en el Corral de Comedias de Almagro.
Y fue estreno absoluto, porque si bien "guitón" significa vagabundo y buscavidas, el manuscrito de la novela se basa en todo un equipo para interpretar la nueva historia del que podría ser el tercer pícaro de España, del Siglo de Oro, se entiende, tras Lazarillo y el Buscón, a través del alma picaresca que actual y desgraciadamente se multiplica tanto en los escenarios como fuera de ellos.
La obra perdida
Pepe Viyuela, estreno de un riojano en Almagro - Foto: Festival deAlmagroLa obra en cuestión quiere parecerse al personaje de su protagonista en lo de caminar por aquí, por acá y por acullá, y se ha dado a recorrer el mundo siendo un manuscrito de una novela de 1604, obra perdida en América y desaparecida hasta 1927, donde surgiera milagrosamente en Paris. No sería hasta 1973 en que se editara impresa. Actualmente, el manuscrito se conserva en Massachusetts.
Pero Pepe Viyuela Castillo, en esta obra de su paisano, es mucho más que un adaptador de novela al teatro, junto a Bernardo Sánchez. Ya ha demostrado que es un gran actor, a la par que humorista, poeta y escritor. Es licenciado en Filosofía y Arte dramático, aparece por primera vez en televisión en el "Un, dos, tres… responda otra vez". Si allí quedaba atrapado en una silla plegable, aquí será una Iglesia y múltiples edificios que construye sobre la marcha donde va quedando atrapado como el más ingenuo vagabundo.
El actor y el personaje
Pepe Viyuela, estreno de un riojano en Almagro - Foto: Festival deAlmagroSe puede decir de Viyuela que es un payaso profesional porque así lo ha sido en la ONG Payasos sin Fronteras y en su trabajo de circo, o en el de Filemón, de Mortadelo e ídem, son también trabajos de un payaso formal junto al pícaro Onofre que ahora estrena en Almagro. Este artista interdisciplinar es asiduo del Festival de Mérida y de Almagro, además de autor de cuatro poemarios.
La escenografía, dirigida por Luis d´Órs, aparece la fiel escalera, uno de sus materiales especiales utilizados conducente a los peldaños más sublimes, porque de alguna manera el pícaro Onofre asciende, aunque se le caiga toda la construcción de su propia vida de madera, real y accidentalmente a la cabeza, asciende a los cielos de la Iglesia, tras pasar por ser el servidor de un sacristán tacaño, así Onofre se las ingenia para llenar su estómago en cada jornada, engañando a toda alma viviente con quien se cruza y vengándose, sin cargo de conciencia, a quien le hace una mala jugada.
Onofre sobrevive, viaja errante, representa a los nuevos guitones, ¿acaso tras los siglos no lo hacen ahora varios profesionales como médicos, camareros, profesores…, por poner varios ejemplos, aparte de inmigrantes sin domicilio fijo? ¿Acaso hoy no se da hipocresía y engaño en la sociedad y política que nos rodea?
Cierto que no tiene tantos amos como otros protagonistas de la picaresca, pero defiende al hambre de sus hambres, al vino y gastronomía de aves y cabritos de su tierra por las regiones de España, hasta llegar a su nuevo estado religioso, donde se aclimata y descansa, burlándose de todos.
La arpista, cantante y percusionista Sara Águeda le sigue y persigue en el escenario, lanzándole objetos protagonistas de la historia, y Pepe Viyuela no deja de moverse en escena como en la vida del que representa, según la compañía El Vodevil. Su vida empieza siendo un huérfano, un chiquillo sin preparación, dispuesto a sufrir los golpes de la vida, empezando por los de la vieja Inés, pero el chiquillo Onofre, que pronto se convertirá en un mal tipo, como el actor nos dice, ya ha entrado en la literatura del engaño y de la picaresca. Y lo hace dentro del Corral de Comedias, como así lo dirá su protagonista principal al celebrar el estreno, es el espacio ideal para esta nueva obra española adaptada del Siglo de Oro.