José Manuel Corral Castellanos, enfermero residente de segundo año, forma parte de una nueva generación de profesionales que buscan llevar un paso más allá los cuidados. Hace unas semanas se hizo con el premio al mejor caso clínico de Castilla-La Mancha y días después logró una de las becas de la Gerencia de Ciudad Real para investigación, en su caso sobre el uso de la tecnología en los hábitos saludables.
Desde que dejó la facultad, Corral tiene en mente una palabra 'm-health', que implica usar la tecnología para «mejorar los hábitos saludables de la población». «Es básicamente el primer nivel de prevención que tenemos y hay que buscar estrategias de cómo afrontarlo de una manera efectiva», explica. Por este motivo, en enero comenzará con pacientes de la capital un seguimiento de sus rutinas para demostrar que lo que se dice, sobre andar o hacer deporte, es realmente vital y mejora la calidad de vida. «Desde el sistema sanitario debemos tener en cuenta que tenemos esta herramienta tan potente, que es la tecnología, que nos va a permitir mantener un contacto directo con el paciente, hacer educación para la salud de manera telemática, tener consultas con ellos» y, al final, avanzar en la prevención. La idea es contar con gente «predispuesta», porque se va a desarrollar una herramienta y un sistema que a nivel privado supone «cientos de euros».
En concreto, su idea es trabajar en los aspectos que la enfermería ve que se repite en las consultas: «La calidad de sueño, el manejo del estrés, la alimentación saludable y la adherencia a la actividad física». Se trata de cuatro conceptos claves para establecer objetivos y que los pacientes trabajen sobre ellos. La idea final es desmedicalizar a la población envejecida, para que lleven mejor su día a día, e iniciar con el apoyo de la Gerencia su tesis doctoral.
De cuidar heridas a prevenir la enfermedad - Foto: Rueda Villaverde«Tiene muchísimas ganas de aprender, de investigar», explica la tutora de José Manuel, Raquel López, enfermera en el Centro de Salud II de la capital, quien ve el potencial de la investigación en la enfermería familiar y comunitaria.
Antes de la investigación, Corral logró el premio al mejor caso clínico por cómo abordó la curación de una herida. «El premio pone en valor la formación que he recibido tanto en la facultad como la que estoy recibiendo en mi especialidad».
Su trabajo se basó en el trato personal con un paciente que acude a urgencias con una herida que lleva tiempo sin sanar. «Las personas que tienen heridas de difícil cicatrización deben tener un seguimiento individualizado y personalizado y lo tiene que llevar su enfermera de atención primaria». El problema llega cuando la herida ocurre en personas en riesgo social, como era el caso, lo que dificultaba su acceso a la atención personalizada. De este modo, el primer paso era que el paciente fuera tratado por la misma persona, en vez de en Urgencias, cada vez que llega por una persona distinta. Así se pudo analizar qué apósitos eran los correctos o los cultivos para ver si había infección. «La herida se curó en tres meses y mejoramos la calidad de vida del paciente».