Alamillo sufrió ayer las consecuencias de un posible «tornado». Sobre las ocho de la tarde empezó a llover, y lo que «todos creíamos que iba a ser una tormenta se convirtió un tornado que se llevó por delante tejados y árboles», comenta el alcalde, Ángel Alcaide. Ahora, señala en declaraciones a La Tribuna, es el momento de evaluar los daños, ya que «aunque afortunadamente no ha habido que lamentar daños personales han sido muchas las viviendas que se han visto afectadas», ya que el fuerte viento derribó puertas y rompió ventanas. Tras evaluar los daños, el Ayuntamiento pedirá ayuda a administraciones como la Diputación y la subdelegación del Gobierno, cuyos máximos dirigentes ya se han puesto en contacto con el alcalde para «conocer la situación y trasladarnos su apoyo». En relación a los edificios municipales, solo se ha inundado el despacho de Alcaldía pero «sin ser nada grave». 

Señala además que la respuesta de los servicios de emergencia ha sido «rápida y eficiente». «Tanto los bomberos como la Guardia Civil han colaborado activamente en las tareas de rescate y recuperación, asegurando las áreas más afectadas y prestando asistencia a los vecinos que lo han necesitado. Gracias a su intervención, se ha logrado restaurar la calma en Alamillo, aunque el proceso de reparación de los daños será largo», pues el fenómeno meteorológico causó también la caída de techos y árboles. 

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