El proyecto de conexión hidráulica directa de las redes de riego de las balsas 1 y 2 con el embalse de Peñarroya aún tendrá que esperar. Al menos, hasta que se solucionen los litigios. A la licitación del proyecto, que contempla una inversión de 23,7 millones de euros se presentaron 14 empresas, pero una de ellas interpuso un recurso contra la Mesa de Contratación, lo que llevó a que se adoptara como medida cautelar suspender el procedimiento de contratación. Y eso conllevó retrasar el inicio de las obras de modernización de los regadíos de la comunidad de regantes del pantano Estrecho de Peñarroya. Con fecha de 11 de abril, el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales desestimó el recurso, por lo que los regantes del Pantano Estrecho de Peñarroya confían en que pronto llegue la adjudicación a la espera de que las licitadoras justifiquen la viabilidad de su propuesta.

Esta infraestructura va a beneficiar a unos 2.000 regantes que cultivan 7.842 hectáreas en los municipios de Argamasilla de Alba, Tomelloso y Campo de Criptana. El objetivo es aprovechar la energía hidráulica disponible en el embalse para efectuar el riego, con lo que se reduce o evita la necesidad de bombeo desde las balsas. Para ello, se realizará una conexión hidráulica directa desde el embalse mediante una nueva conducción, lo que dará presión suficiente para reducir significativamente la necesidad de bombeo y, con ello, el consumo de energía eléctrica. A la vez, se evitarán las pérdidas de agua que tienen lugar debido al deterioro actual de los canales.

El presidente de la comunidad de regantes del Pantano Estrecho de Peñarroya, Bernabé Ruiz, lamenta la demora de unas obras que «ya tenían que haber comenzado hace tiempo, a primeros de abril», con un plazo de ejecución de 18 meses. «Con la conexión hidráulica directa de las redes de riego de las balsas 1 y 2 se necesitará muy poca energía, y en unos 25 años la inversión quedaría amortizada», comenta. 

Esta actuación forma parte del programa para la mejora y eficiencia de la sostenibilidad en regadíos, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Cuenta con fondos Next Generation de la Unión Europea, con una aportación pública de un máximo del 80% del coste de los gastos elegibles, mientras el 20 por ciento restante lo aportará el Gobierno regional (3,4 millones de euros) para ayudar al gasto que debe aportar la mancomunidad. Una infraestructura, que cuando vea la luz, se convertirá en «pionera y única» en Castilla-La Mancha en referente a conexión hidráulica, aunque Ruiz recuerda que «hay otras inversiones que buscan implementar energías renovables mediante paneles fotovoltaicos». Es el caso, por ejemplo, de la comunidad de regantes de Las Colleras, en la provincia de Albacete. 

El proyecto, lamenta el presidente de la comunidad de regantes del Pantano Estrecho de Peñarroya, tenía que estar finalizado para la campaña de 2025, pero «será complicado», por lo que «tendremos que irnos a 2026». Ante esta situación, confían en que se resuelvan cuanto antes los litigios y que el convenio firmado con la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seisa) siga adelante, ya que «tenemos un aval de diez millones de euros. No nos podemos echar para atrás», sentencia, al tiempo que recuerda «que todos los meses estamos pagando 15.0000 euros de intereses», por lo que «el proyecto no se puede demorar más». «Una vez finalizado, el aval se queda sin efecto, pero hasta que no se termine tenemos que correr con los gastos de intereses de esa fianza», añade.