David Duque 'Nano' (12-11-1988. Puertollano) da la cara en un momento complicado para el Viña Albali. Capitán de la plantilla, está ya en la última fase de recuperación de una lesión muscular en el bíceps femoral de su pierna izquierda. Incluso confía en llegar a tiempo al importante partido de este sábado ante el Noia.
¿Cómo está el equipo tras este inicio de temporada tan complicado?
Antes que nada, con la marcha de David Ramos a mí se me fue un amigo. Luego llegó Víctor Beas, que ya sabíamos que se hacía cargo del equipo de forma interina, aunque tampoco es agradable que se marche, y ahora llega Ricardo Íñiguez. El club decidió en su día que debía haber un cambio y nosotros vamos a muerte con lo que diga la entidad. A partir de ahora tenemos que trabajar con el nuevo entrenador y morir con su idea, ya que estamos obligados a cambiar esta situación.
Ya han completado alguna sesión de entrenamiento y el nuevo técnico también se reunió con ustedes. ¿Qué les ha transmitido?
Borrón y cuenta nueva. Nos pide que seamos un grupo comprometido, responsable y que pensemos en positivo. Intenta transmitirnos muchas ganas de trabajar y mucha ilusión. Aquí hay plantilla para revertir esta situación y el grupo se ha comprometido para dar el máximo e intentar cambiar cuanto antes esta dinámica.
Este sábado se desplazan a la pista del colista. Imagino que no quieren pensar mucho más allá...
Este año los objetivos eran más altos, pero ahora son los que son. No podemos pensar en otra cosa que no sea el partido con el Noia. Es el colista, pero que nadie piense que va a ser fácil ganar allí.
¿Cuáles son las causas de este comienzo tan inesperado?
Al principio todo el mundo achacaba los resultados a la exigencia del calendario, pero el calendario es el que es para todo el mundo. Hay que ser autocríticos. Ninguno hemos estado a la altura de las expectativas que había. Hay que empezar por nosotros mismos, jugadores y cuerpo técnico. Trabajar duro para subir nuestro nivel y si no nos vale estar al ciento por ciento pues habrá que estar al 200 por ciento. Creo que también ha influido el aspecto psicológico porque cuando nos hemos visto por detrás en el marcador ha habido partidos que nos hemos dejado llevar y no podemos encajar esas goleadas. Lo hemos hablado y no podemos permitirnos dejarnos ir en los partidos. En los tres últimos encuentros, ante Barça, Peñíscola y Zaragoza, no hemos obtenido los resultados que queríamos, pero creo que sí hemos estado a la altura.
El año pasado su reacción llegó justo en estas fechas. ¿Cuáles son las diferencias respecto a la campaña anterior?
En aquel momento, nuestro entrenador, David Ramos, dijo que este equipo podía cambiar y yo estoy convencido de que este año, con un grupo comprometido, lo podemos conseguir. Cuando hablo de compromiso no me refiero a actitud, sino a otras cuestiones, como corregir fallos más individuales y que estamos pagando muy caros. Son cosas que se pueden limar y corregir. Si nos hacemos fuertes defensivamente, vamos a crecer.
Las lesiones tampoco han ayudado mucho...
Sí, también influye. El grupo no ha podido estar todavía al completo y eso se nota porque estando todos el nivel competitivo interno aumenta.
¿Cómo se encuentra usted?
Debo ser el primero en ser autocrítico y sé que tengo que subir mi nivel para luego exigirlo a mis compañeros. Cuando pueda volver con el grupo intentaré dar el máximo para ponérselo difícil al entrenador.
¿Qué mensaje envía a la afición?
Ellos siempre han estado en las buenas y ahora hay que pedirles que estén con nosotros en las malas. Son nuestro sexto jugador y con su apoyo todo va a ser más fácil. Ellos están en su derecho de exigirnos, pero es el momento de estar unidos y como capitán les pido eso, estar unidos y salir todos juntos de esta.