Es uno de los proyectos más anhelados que lleva años pendiente y que, al parecer, ya encara su cuenta atrás, al menos en lo que se refiere a la elaboración del proyecto, en el que se deben contemplar todos los elementos a reparar o sustituir para frenar el deterioro que sufra este mítico inmueble ubicado en los jardines del Prado.
Desde la Concejalía de Urbanismo se asegura que «este mes» estará listo ese proyecto, en el que cual ya se estaba trabajando en febrero de 2022, es decir, hace prácticamente un año, por lo que llegará con un importante retraso pese a ser una de las actuaciones más deseadas a ejecutar desde Urbanismo, cuyos técnicos han estado enfrascado en los últimos meses en obras como las de remodelación de la plaza de toros.
«Ya están calculadas las instalaciones y sólo falta terminar las mediciones», informó a este diario la edil de Urbanismo, Raquel Torralbo, quien reconoció la necesidad de ejecutar obras en zonas como la cubierta, con «algunas zonas perforadas y en la que entra el agua de la lluvia».
Desde el Ayuntamiento se ha puesto especial celo no sólo en respetar todos los aspectos ideados por Miguel Fisac, el afamado arquitecto daimieleño que lo diseñó, sino incluso para realzarlos. Para ello, Torralbo comentó que se ha ido «de la mano de un arqueólogo que ha estudiado la obra de Fisac para no dejar escapar su arquitectura y ponerla en valor».
Otra cuestión a superar en lo relativo a este proyecto será su revisión por parte de Patrimonio de la Junta de Comunidades, un trámite que se prevé «muy corto» puesto que ya el Consistorio envió el documento de evaluación necesario, el cual recibió el visto bueno, y en el que se informaba de las actuaciones que se iban a realizar, de manera que ahora sólo será necesario que Patrimonio constate que lo que se indicó en su día es lo que se contempla finalmente en el proyecto que espera ver la luz este mes.