El Consejo Regulador de la IGP Cordero Manchego prevé una buena campaña de Navidad. Los mimbres con los que cuenta actualmente el sector son los de «precios altos, históricos», y «escasez de producto», ya que en años anteriores se ha perdido «entre el 6 y el 8% de corderos» que se producían en la provincia debido a la viruela ovina y, sobre todo, al cierre de explotaciones por la falta de relevo generacional.
Estas dos circunstancias hacen que el sector confíe en firmar una «buena campaña» de Navidad, aunque lo hará a costa de los precios altos que deberán pagar los clientes por llevar este producto a la mesa. Actualmente, el cordero que más se consumo, el de entre 25 y 28 kilos, se paga al ganadero a unos 140 euros, a lo que hay que sumar el importe que suponen los gastos y el beneficio del sector matadero, el de distribución y el de carnicero... En el caso del lechal, hasta 10 kilos, el precio que se paga al ganadero está entre los 75 y 80 euros, explicó el presidente de la IGP Cordero Manchego, Pedro José Durán, quien explicó que esos precios no han echado para atrás a los consumidores.
«Con los precios altos que hay, la demanda sigue siendo fuerte, estable, como el año pasado», dijo Durán poniendo también de relieve la importancia que tienen las exportaciones para este sector. Y es que, gran parte del cordero que se produce en los campos de la provincia y de región, se consume en países del arco mediterráneo. En este sentido, comentó que Argelia y Marruecos se han sumado a su compra, mientras que otros como Libia y Emiratos Árabes eran ya clientes fijos.
Debido a la escasez de producto que habrá de la IGP Cordero Manchego, este año puede que llegue a la mesa de muchos hogares el cordero procedente de Italia y de Francia. «El producto puede que se mantenga por el cordero italiano y francés que entra, que son de calidad», dijo Durán en relación a la importación de este producto y subrayando no obstante que la calidad que también tiene. «Si no, no se comerían en España porque van a faltar muchísimos».
Y es que, aunque la Navidad es una época en la que suele ser habitual el consumo de esta carne, Durán expuso la bajada que ha experimentado a nivel nacional. Lamentó que el consumo medio no llegue al 1 kilo por habitante al año (está en 980 gramos) y eso a pesar no obstante de la importancia que tiene para la comunidad árabe.
La falta de relevo generacional fue otro de los aspectos que señaló el presidente de la IGP Cordero Manchego. «El problema es que se trabaja los 365 días al año y falta mano de obra en las explotaciones», dijo para exponer a renglón seguido que esto supondrá una merma de la cabaña ganadera. «Hay 12 millones de cabezas de ovino en España, pero en una década habrá unos 7, y venimos de 23 millones», concluyó.