En las últimas semanas ha habido numerosos casos por todo el territorio español de retiradas de ácido pícrico de centros educativos. Se trata de un compuesto cristalino de color amarillo brillante, derivado del fenol y que es conocido por su naturaleza altamente explosiva y su amplia utilización histórica en diversas industrias. Hace décadas, los laboratorios escolares fueron equipados con esta sustancia química inestable y altamente inflamable que representa un serio peligro de explosión si se somete a agitación o calor. Actualmente, algunos laboratorios de colegios, institutos y facultades todavía guardan algún residuo de este ácido.
Sin embargo, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha retiró este material hace unos años de la mayoría de centros educativos. Por lo que, aunque se espera algún caso de retirada en la región, no suponen ningún riesgo ni peligro, afirman desde la Policía Nacional. Desde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado recomiendan que, en caso de localizar ácido pícrico se llame inmediatamente a Policía Nacional o Guardia Civil, que no se toque ni se movilice el compuesto y se esperen las oportunas directrices.
Aunque su uso como explosivo disminuyó con el desarrollo de compuestos más seguros y eficaces, el ácido pícrico tuvo una gran importancia en conflictos como la Primera Guerra Mundial. Actualmente, su empleo está restringido por su peligrosidad.