En ningún otro mes como diciembre los castellanomanchegos gastan más en comida, comen más y pagan más por esos alimentos: 141 euros y 53,8 kilos por persona y más de 300 millones de euros que se van en comprar comida estas semanas en toda la región. Los datos son los que recoge el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y sitúan a diciembre como el mes del gran festín.
Durante estos días, los castellanomanchegos batirán el récord de consumo per cápita de carne de cordero, de ovino, de cerdo ibérico, de salchichas, de jamón, de lomo, de patés, de rape, de marisco, almejas, mejillones, gambas, salmón, queso curado, queso de oveja, la piña y claro, para sorpresa de nadie, los productos navideños como mantecados, polvorones, mazapanes, turrón y chocolate que se comen más en diciembre, como toca, que en cualquier otro mes del año.
Comida que también se riega con más vinos que en otro periodo del año. Estos días se bebe más vino con Denominación de Origen Protegida, de aguja y de vermut, además de cerveza con alcohol, las bebidas espirituosas y sidra y los espumosos que suelen acompañar en las ya inminentes celebraciones que asoman por el calendario.
Más consumo… y también más gasto. Diciembre es un mes negro para las economías domésticas que afrontan el mes con más inversión en la cesta de la compra, ya de por sí inflada por la inflación que soporta Ciudad Real en los últimos meses. Según el último dato del IPC, la alimentación es el grupo que más se encarece en el último año. Más del 10 por ciento. Y diciembre pone la puntilla. El gasto per cápita en este mes es 33 euros superior al de febrero, el mes en el que menos se gasta en la región, con un precio medio que también toca techo en buena parte de la cesta de la compra. Desde los huevos a la carne, fresca y congelada, o la carne transformada, donde se incluye el jamón, el lomo o el fiambre. Sin olvidar tampoco la pesca. El pescado fresco de diciembre es un seis por ciento más caro que en noviembre y un 15% más caro también que en enero, con las almejas, las gambas, la lubina o el atún a la cabeza de la subida de precios navideños. También comprar queso en diciembre es más caro que en el resto del año, como también ocurre con el vino, desde el que cuenta con una denominación de origen, al que se vende en cartón, los espumosos, el rosado, los espárragos e incluso el pan y las patatas que también marcan en diciembre sus precios más altos del año.
La única que se salva de esa espiral de subidas de precios es otra invitada estelar en estas fechas: la uva. Su precio más alto llega al mes de marzo, aunque es en diciembre cuando alcanza su mayor grado de penetración en la dieta de los castellanomanchegos: está en el 100% de los hogares.