El 2024 fue bueno, laboralmente hablando, para la provincia de Ciudad Real, que cerró el año con la tasa de desempleo más baja desde 2007 y con la creación de 1.800 trabajos, según recoge la Encuesta de Población Activa (EPA)del último trimestre del año pasado. En total, en la provincia había, al acabar diciembre, 36.300 parados y 196.400 personas con un empleo. Desde hace 17 años no había tantos ocupados al llegar diciembre y hace 18 que no se terminaba un año con menos gente sin trabajo.
Según la EPA, la tasa de paro de la provincia se despidió por debajo del 16 por ciento, en el 15,62. También hay que remontarse a 2007 para encontrar una situación similar en el mercado laboral de la provincia donde hace una década, al acabar 2014, esa tasa de paro llegaba al 33%. Uno de cada tres ciudadrealeños estaba sin trabajar. Eso sí, ese indicador que pone en relación la gente que trabaja con la gente que quiere hacerlo está entre los 10 más altos de España, principalmente por el dato entre las mujeres, donde la tasa de paro rozó el 20%, siete puntos por encima de la masculina.
La evolución del empleo provincial durante 2024 tuvo mucho que ver con el buen comportamiento del sector servicios. Siete de cada 10 ocupados en la provincia trabajan en este grupo de actividades donde en 12 meses se crearon más de 5.000 empleos. El mercado laboral ciudadrealeño también generó trabajo en la industria, 300 puestos, pero destruyó actividad en el campo y en la construcción: 1.900 ocupados perdieron ambos sectores el año pasado. Pese a ese retroceso, el ladrillo sigue siendo la puerta de entrada a un empleo para casi el nueve por ciento de las personas con un trabajo. Es la séptima provincia de toda España con mayor porcentaje de dependencia laboral de la construcción.
Durante el año pasado se mantuvo la cifra de ciudadrealeños que buscan un primer empleo, 2.900, aunque si hace un año la mitad eran hombres y la mitad mujeres, al acabar 2024, nueve de cada diez personas en esa situación eran mujeres. La explicación, la evolución de los llamados inactivos. Una de las características de la EPA es que también pone cifras a aquellos que no están ni ocupados ni buscando trabajo. Esto es, desde estudiantes a jubilados o incluso los y las que se dedican a labores del hogar. La estadística colocó en esta situación de inactividad a prácticamente las mismas personas que un año atrás: 190.500. La variación que destaca es la del número de jubilados o pensionistas, que creció, y mucho, en casi 7.000, y la importante rebaja que hubo con muchas menos mujeres, sobre todo, dedicadas a las labores del hogar: casi 5.000 que buscaron empleo en un mercado laboral que fue bien en 2024.