El furor generado por los últimos éxitos de Ilia Topuria se ha traducido en Ciudad Real en un mayor interés por la práctica de las artes marciales. Estas disciplinas, durante mucho tiempo asociadas a un estilo de vida más bien problemático, se van popularizando ya desde edades más tempranas y ahora sus practicantes abarcan un amplio abanico de edades, sin distinción de género ni de estatus social.
«Aquí tenemos abogados, procuradores, ingenieros, profesores, estudiantes…», repasa Enrique Calero, uno de los responsables del Gimnasio AMM Ciudad Real, que cuenta con una sección de club deportivo para luchadores que desean competir en este deporte.
De hecho, él es profesor y fue jugador del Balonmano Caserío, mientras que otro de los responsables, Manuel Sánchez Palacios, procede del baloncesto, y el hermano de este, Eloy, también luchador, jugó a balonmano. «Nosotros nos nutrimos de mucha gente joven de la Universidad de Castilla-La Mancha y estudiantes que están aquí de Erasmus, de países como Francia, Italia, Rumanía, Alemania y Reino Unido». También cuentan con alumnos de Marruecos, Israel, China o Argelia.
Un grupo de luchadores del Gimnasio AMM Ciudad Real, durante uno de sus entrenamientos. - Foto: Rueda VillaverdeEl boom por las artes marciales mixtas provocado por Ilia Topuria lo están notando especialmente entre la gente joven, tanto chicas como chicos. Ahora bien, y aunque el conocimiento con el que se acercan a estos deportes cada vez es mayor, estos profesores insisten en que lo primero es adquirir la base de cada deporte y eso requiere de mucho tiempo y paciencia. Así, la técnica del jiu jitsu es fundamental cuando los luchadores van al suelo, o el kick boxing y muay thai resultan claves para aplicar otras técnicas de piernas.
Junto a la propia práctica deportiva se han lanzado también a organizar los dos últimos años un Open de la Liga Nacional de Kick Boxing, en el que existe un convenio de colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha para llevar a cabo acciones formativas. Además, están valorando también acoger algún Campeonato de España de Kick Boxing de categorías inferiores.
Su aventura comenzó hace dos años y medio aunque realmente se inició un poco antes. Con la pandemia tocó reinventarse y reactivar un centro que «se nos está quedando pequeño» y que ofrece disciplinas como kick boxing, muay thai, jiu jitsu, boxeo y artes marciales mixtas. «Son deportes que la gente no conoce y prefiere probar primero, aunque la mayoría repite y se queda», asegura Calero.
De izquierda a derecha, Enrique Calero, Juan Ruiz y José Antonio Patón. - Foto: Rueda Villaverde«Es un deporte adictivo, muy distinto y que te obliga a estar muy concentrado, así que te permite desconectar muchísimo. La gente viene de trabajar y durante una o dos horas desfogan», reiteran los profesores.
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El buen ambiente y el compañerismo quedan patentes en el tatami y, además, se potencian como prioridades la igualdad de género y la inclusión.