Sus Majestades los Reyes de España decidieron hacer una tercera parada en la provincia, fuera de la agenda oficial, para comer y descansar, pasadas las 14.30 horas. Fue en San Carlos del Valle, en la hospedería Santa Elena, donde ayer el pisto con huevo pasó de comida de pastores a comida de reyes.
Zarzuela no había anunciado nada previamente sobre esta parada para comer porque era un almuerzo privado, pero en el momento en el que Felipe y Letizia atravesaron la puerta del establecimiento, dejó de serlo. «Imaginábamos que podía pasar algo así porque teníamos aquí hospedados a gente de protocolo, y además nos habían dicho que tuviéramos las habitaciones preparadas, pero no sabíamos mucho más», explica todavía emocionado el responsable del local, Francisco Navarro. Aunque no tardarían en descubrirlo. «La habitación era para que la reina descansase un poco», mientras que «el rey comía el menú del día», ante la mirada atónita de otros comensales, alrededor de una docena entre los habituales y dos turistas que estaban de visita y que jamás imaginaron que ayer compartirían comedor con Felipe VI, por petición del rey, que «nos pidió que no se cancelara ninguna reserva y que trabajáramos como otro día cualquiera».
Además del tan manchego pisto con huevo, parrillada de dos carnes y tiznao conformaban el menú en la jornada de ayer de esta hospedería, el único lugar que hay en este pequeño municipio de tan solo 1.200 habitantes, para comer.
La parada en San Carlos del Valle era para un almuerzo privado, por eso se confirmó apenas unos minutos antes, pero su majestad no la desaprovechó para seguir interesándose por esta provincia. Primero, hablando con el alcalde de la villa, José Torres Morales, y después saludando a las decenas de vecinos que se habían dado cita en la plaza monumental de San Carlos al enterarse de esta inesperada visita real.
«Es un hombre muy llano, muy cercano». En esto coinciden tanto el gerente de la hospedería, como el alcalde de Torres, que minutos después de la salida de los reyes todavía no se creían haber estado hablando con don Felipe tranquilamente a lo largo de un cuarto de hora, tiempo en el que «se interesó por la situación del municipio y por su economía» y, en palabras del regidor municipal, también reconoció la belleza del municipio. «Se ha mostrado muy sorprendido por nuestra plaza y nuestra iglesia, me ha dicho que podemos presumir de ello». De esa misma plaza partía minutos después, a las 16.40 horas, la comitiva real, camino de Talavera de la Reina.