El escritor cordobés afincado en Madrid, Joaquín Pérez Azaustre, presenta en Ciudad Real su novela El querido hermano, centrada en la relación entre los poetas Manuel y Antonio Machado, a los que la Guerra Civil Española halló separados, el primero en Burgos y el segundo en Madrid.
El autor desvelará los secretos de esta obra en un acto que se desarrollará mañana en el Museo López Villaseñor, donde le acompañarán el concejal de Cultura, Pedro Lozano, y la escritora y colaboradora de La Tribuna Antonia Cortés, a partir de las 19.30 horas.
En una conversación con este diario, Pérez Azaustre, reconoció que "he leído siempre a Antonio Machado y cuando me fui adentrando en su obra y en su vida descubrí que tenía una relación muy intensa con su hermano Manuel", con quien colaboró sobre todo en obras teatrales.
Por otro lado, recuerda que cuando Manuel "tiene noticia de que Antonio acaba de morir en Francia, a pesar de estar en territorio franquista y tener que cruzar el norte del país todavía en guerra, se las arregla para estar en Colliure y ver a su hermano que todavía está de cuerpo presente", relata.
El autor que se confiesa impresionado por esa escena, detalla que Manuel había acudido con su esposa a Burgos desde Madrid para visitar a su cuñada y celebrar con ella el día del Carmen, el 16 de julio, "y cuando van a volver a Madrid, el 18 de julio, pierden el último tren y ya se quedan atrapados en Burgos"; puesto que con el inicio de la Guerra Civil se cortan las comunicaciones ferroviarias y telefónicas entre las dos zonas en que se dividió España.
Pérez Azaustre comenta que Manuel fue detenido durante 48 horas debido a sus declaraciones en una entrevista a una revista de teatro francesa, que recibió un duro comentario por parte del corresponsal de ABC en París "criticando a Manuel por falta de entusiasmo con el Alzamiento". A partir de ahí, influenciado por su esposa, encontró refugio en la religión y encuentra un puesto en un periódico El Castellano, donde pasará el resto de la guerra, "sin ninguna comunicación con su familia, con su hermano Antonio".
Un trabajo de estas características requiere de un amplio trabajo de documentación para el que el escritor ha tenido que beber de numerosas fuentes, puesto que cuando se buscan lo que son situaciones muy personales es muy difícil hallar referencias. Pero al mismo tiempo esa falta de documentación le abra la puerta "para fabular aquellas partes de la historia que no he podido documentar", reconoce Pérez Azaustre antes de añadir que "el equilibrio entre lo documentado y lo imaginado es la clave de la novela".
A su juicio, la buena integración entre unos y otros elementos, se consigue, "respetando y queriendo mucho a los personajes". En este sentido detalla que sobre todo intentó "entenderlos, conocerlos en todo lo que he estudiado y me he documentado sobre ellos"; en una relación que compara con una situación amorosa donde la el objetivo debe ser "conocer al otro" y no "cambiar al otro".