El ataque de grupos armados de milicianos de Hamás y la Yihad Islámica Palestina sobre Israel sorprendió al sacerdote ciudadrealeño Juan Antonio Ruiz (Bolaños de Calatrava, 1983) en Jerusalén, ciudad en la que ejerce de director del Instituto Español Bíblico y Arqueológico-Casa de Santiago desde 2020. Este centro facilita la estancia, inmersión, formación e investigación en proyectos arqueológicos de la 'Ciudad Santa', enfocados a avanzar sobre su dimensión cristiana. El religioso explica que los cristianos no son objeto directo de este conflicto histórico, aunque no son ajenos a las tensiones internas que protagonizan israelíes y palestinos desde hace décadas, «dos partes muy radicales y opuestas, con mucho odio y racismo entre ellas».
A pesar de la calma tensa con la que se vive en la zona, Juan Antonio reconoce que no esperaba este ataque: «Estábamos en un momento de aparente tranquilidad y Tierra Santa estaba llena de peregrinos. El 7 de octubre fue un día fatídico cuando sonaron las alarmas antiaéreas y saltó la noticia de la declaración de la guerra de Israel contra la organización terrorista Hamás». Los cohetes lanzados desde Gaza llegaban muy cerca de Jerusalén y tuvo que refugiarse en la residencia Notre Dame, un centro que pertenece al Vaticano y que cuenta con un búnker. Unos días más tarde, por recomendación del Consulado General de España ante la gravedad de los acontecimientos, regresó a nuestro país en un vuelo militar fletado por el Gobierno: «El Instituto se encuentra en la zona de Jerusalén este, al otro lado del Monte de los Olivos, un barrio árabe donde la situación estaba muy revuelta».
Difícil solución. Tampoco esperaba que el conflicto armado se alargara tanto en el tiempo. Y respecto a una posible resolución definitiva se muestra pesimista: «Hay una solución que pasa por establecer dos estados, pero es muy difícil porque son dos partes radicalizadas, que quiere todo o nada; otra solución sería un estado democrático donde pudieran convivir palestinos e israelíes». Más difícil todavía. Además, subraya, «la comunidad internacional está también muy dividida, existen diferentes posturas y opiniones».
Juan Antonio considera que la respuesta de Israel «está siendo muy dura y no va a solucionar nada, sino que va a crear más problemas todavía en un contexto de odios, rencores y rencillas». Lamenta, asimismo, la muerte de tantos y tantos niños, «los más vulnerables de la sociedad, los más indefensos, los que más están sufriendo las consecuencias del conflicto».
«Es muy duro y de una tristeza enorme», insiste el sacerdote bolañego, para hacer hincapié en que «los cristianos tenemos que rezar mucho estos días, como nos invita el papa Francisco, y no dividirnos en un bando u otro, ya que todos pertenecemos al bando de la paz». «Tenemos un reto, una llamada urgente a estrechar lazos y construir la paz», apostilla. Esta Navidad será diferente, puesto que los peregrinos no viajarán a Belén, la localidad de Cisjordania que vio nacer a Jesús y donde cada año se celebra la Misa del Gallo y se adora al Señor en la Gruta de la Natividad. «La celebraremos los cristianos que vivimos allí y tenemos alguna responsabilidad o misión, pero los peregrinos que dan tanta vida a Tierra Santa no podrán estar, al menos, físicamente. Seguro que con el recuerdo, la oración y el corazón también nos acompañarán», sentencia.