María Jesús Sánchez Soler, nueva directora de Cabañeros

Lt /EFE
-

Sustituye en el cargo a Ángel Gómez Manzaneque, que se jubila tras veinte años dedicados al parque

Gómez-Manzaneque estrecha la mano a la nueva directora de Cabañeros, María Jesús Sánchez Soler.

María Jesús Sánchez Soler, técnico de uso público desde 2018, es la nueva presidenta del Parque Nacional de Cabañeros sustituyendo así en el carga Ángel Gómez Manzaneque, que se jubila tras veinte años dedicados al parque. Sánchez Soler fue directora también del Parque Nacional de Las Tablas, desde 1987-1998, tiempo en el que gestionó el humedal daimileño con iniciativas como el desarrollo del plan de regeneración hídrica que, de la mano de la climatología, alejó la amenaza de desecación. 

Ángel Gómez Manzaneque, figura clave del Parque Nacional de Cabañeros en las últimas décadas, dice adiós a la dirección de este espacio protegido dejando tras de sí la huella de la vuelta del lince ibérico. A sus setenta años, Gómez Manzaneque se jubila el próximo lunes tras unos intensos años de vocación de servicio público ligado a la conservación de los valores naturales y de los paisajes de uno de los lugares más emblemáticos de la Península Ibérica.

A lo largo de estos años, Ángel Gómez ha trabajado en reforzar el vínculo entre naturaleza y sociedad y uno de sus principales objetivos ha sido hacer posible que el lince ibérico, una especie que antes estuvo muy presente en Cabañeros, regresara de nuevo a este territorio.

La presencia estable desde mayo en el parque nacional de Sibila, una hembra reproductora, es para Gómez Manzaneque uno de los mayores logros profesionales alcanzados en estos 5 años que lleva al frente de la dirección del parque.

"Veníamos trabajando desde hace mucho tiempo en ello, siempre ha sido algo que hemos perseguido, y al final, el lince se suma a otras muchas especies que dejan cada día sus huellas en el parque", ha declarado a EFE visiblemente emocionado.

Para este biólogo madrileño, que lleva afincado en Ciudad Real veinte años, trabajar en el Parque Nacional de Cabañeros ha sido "cumplir todo un sueño" y, aunque el camino no ha estado exento de sinsabores, si le piden quedarse con algo de todo lo vivido, elige el trabajo desempeñado por las trabajadores y personas que, de manera directa o indirecta, se esfuerzan incansablemente por la conservación de este espacio protegido.

EL DIRECTOR DE CABAÑEROS SE VA CON MUCHOS PROYECTOS CUMPLIDOS

Gómez Manzaneque se va con muchos proyectos cumplidos, como ha sido poder ir ampliando poco a poco este espacio protegido, y llevar a cabo arduas negociaciones que han permitido la compra de varias fincas privadas, que ahora son de propiedad pública, tras adquirirlas el Organismo Autónomo Parques Nacionales.

Hacer posible la aprobación del Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) tras más de cinco años de trámites, vicisitudes, idas y venidas, ha sido otro de los grandes objetivos alcanzados en estos años, ha reconocido.

El documento, que establece las directrices generales de gestión de este espacio protegido, está considerado el instrumento básico que permite la gestión, protección y conservación de los valores de la zona, mediante el adecuado uso y gestión de sus recursos.

SU ULTIMO PROYECTO, RECUPERAR LOS ARROYO QUE DISCURRÍAN POR LA RAÑA

 Su última contribución como director del parque ha sido dejar en marcha un proyecto para poder recuperar los arroyos que discurrían por la raña, para que este representativo espacio de Cabañeros vuelva a ofrecer la imagen que se puede ver en la ortofotografía del vuelo americano de 1956.

"Venimos trabajando en este proyecto desde hace 15 años y ahora, con la llegada de los fondos europeos, lo vamos a poder conseguir, eliminando los canales de desagüe que en su momento se trazaron para poder cultivar toda esta extensión de terreno y que impiden que el agua discurra por lo que conocemos como el Serengueti español", ha explicado.

 Por tanto, "el violín queda afinado", asegura satisfecho Gómez Manzaneque, quien para muchos trabajadores y amigos deja tras de sí una huella tan importante como la de la vuelta del lince ibérico, la de ser una persona amable, generosa, acogedora y de una prudencia y discreción exquisitas, que se ha entregado en cuerpo y alma al corazón de Cabañeros.