Suma y sigue el BM Caserío. Este sábado, en el entrañable Puerta de Santa María, volvía a dar una lección colectiva de cómo se juega a balonmano, con intensidad y agresividad en defensa, y con paciencia y recursos en ataque. Triunfo 27-23 ante Trops Málaga, una de las mejores plantillas de Plata. Segundo clasificado tras once jornadas, a un punto del liderato y con siete puntos ya de colchón para poder jugar un posible play off de ascenso. ¿Alguien se atreve a ponerle techo a este equipo? Lo más probable es que no. Porque su gran rendimiento ya no se puede considerar como un afortunado arranque de temporada, ni el efecto de un calendario benévolo. El Caserío está ahí porque es un claro candidato al ascenso a Asobal, y hoy lo ha vuelto a demostrar. Triunfo justo, dos puntos más, y a seguir arriba.
La primera parte fue una exhibición de recursos del BM Caserío, un ejemplo de concentración y contundencia defensiva, y de alternativas en ataque. Media hora 'de autor' que llevaron la firma indudable de Santi Urdiales, que movió sus piezas de un modo magistral hasta acabar con la resistencia de los malagueños. Alternó a sus centrales, a sus laterales, atacó con dos pivotes en siete contra seis. Todo hasta volver de los nervios a un rival que, con una plantilla envidiable, se vio superado sobre el parqué del Puerta de Santa María. Notó la ausencia del diferencial pivote bolañego Javi García, lesionado, pero quizás con él tampoco hubiera cambiado mucho la cosa. Porque enfrente estaba el Caserío.
Después de unos primeros minutos de equilibro, el equipo de Quino Soler, también con un buen balance defensivo y el acierto de su portero Nacho Villarreal, daba muestras de su potencial y en el minuto 18 obligaba a Urdiales a parar el partido con un acertado tiempo muerto (6-8). Los malagueños habían estudiado muy bien las virtudes del Caserío y tenían anulada la conexión Pérez-Torres, y estaba muy bien defendido a Santi Canepa. Pero en ese tiempo muerto Urdiales lo cambiaba 'todo' y tiraba de pizarra. Víctor Morales aparecía en escena, relegando a Ángel Pérez al banquillo; primera incomodidad para los visitantes. Poco después, Lumbreras acompañaba a Torres en los seis metros en ataque; más dudas para los andaluces. Y atrás, los de Ciudad Real apretaban los dientes, lo que agradecía un Óscar Ruiz muy motivado y efectivo. Campanario, que reaparecía, dejaba su sello atrás y delante, Canepa aportaba a tiempo y Palacios ayudaba para cerrar una primera mitad que prometía alegrías otra vez para los amarillos. Tras un parcial de 8-2 (del 6-8 se pasaba al 14-10), el Caserío se iba a vestuarios con un suculento botín de cuatro goles de renta (15-11).
Enésima lección del BM Caserío - Foto: José Ramón García CarpinteroDada la entidad del rival, pocos pensaban que la segunda mitad iba a ser un coser y cantar de los manchegos. Un segundo acto en el que aparecían dos nuevos actores sobre el escenario, los dos porteros, Santi Giovagnola por los locales y el veterano Jorge Villamarín por los malagueños, que reaparecía tras lesión. En cuestión de seis minutos los de Quino Soler empataban el partido a 16 goles tras un parcial de 0-3 en el que brillaba el primera línea Diego Pérez. El Caserío sabía que el partido iba a ser largo y que tenía que seguir a lo suyo, sacando uñas y dientes atrás y aprovechando sus opciones delante, despacito y con buena letra.
Y así lo hizo. Lumbreras, Moreno de la Santa, Campanario, Canepa y compañía se erigieron en protagonistas, ayudando mucho a un Giovagnola que tocaba cada vez más balones, muchos de ellos a dos manos. Esa confianza atrás servía para que delante, si una gran progresión goleadora, los tantos conseguidos valían su paso en oro. Oro en las manos de un Ángel Pérez de Inestrosa impecable en los penaltis y con temple e inteligencia en la dirección. De ese 16-16 se pasaba al 22-17 (minuto 48), calcando las sensaciones de la primera mitad. Palacios, con dudas antes, lanzaba con personalidad, mientras Lumbreas era el jefe de todo atrás. Eran los mejores minutos de los de Urdiales, que se estaban 'comiendo' a un Málaga que ya se sabía perdedor.
La última fase del partido fue de un control total del equipo de Ciudad Real, que llegó a disfrutar de una máxima diferencia de 8 goles (24-18, min. 51). Ocho goles arriba ante el Málaga de Villamarín, Petter, Karlov, los hermanos Castro, Manu Díaz... Sin complejos, sin dudas y con confianza. Este Caserío sigue buscando su techo, y ese techo tiene nombre, en forma de acrónimo: ASOBAL.
Enésima lección del BM Caserío - Foto: José Ramón García CarpinteroY este miércoles (12.30 horas), a conquistar Oviedo con una nueva lección de balonmano.
FICHA TÉCNICA:
Enésima lección del BM Caserío - Foto: José Ramón García CarpinteroBM CASERÍO CIUDAD REAL. Óscar Ruiz (3 paradas), Martín Santano, Santi Canepa (2), Ángel Péprez de Inestrosa (9, 6 p.), José Palacios (4), Adrián Sánchez (5) y José Andrés Torres (1) -equipo inicial; Santi Giovagnola (10 paradas), Juan Lumbreras, Augusto Moreno de la Santa, Víctor Morales (2), Paco Ruiz (1), Rodrigo Martín-Pozuelo, Yurii Dieliierhiev y Fernando Romero (ps).
TROPS MÁLAGA. Nacho Villarreal, José Antonio Consuegra (2), Jesús Melgar (1), Luis Castro (1), Henrique Petter (5), Manu Díaz (4) y Alberto Castro (2) -equipo inicial-; Jorge Villamarín (7 paradas), Jesús Arca, Igor Karlov (1), Pablo Soler (2 p.), Adrián Portela, Víctor Barderas, Matías Paya, David Soriano y Diego Pérez (5).
ÁRBITROS. Gayoso Jiménez y Gómez Eguiluz. Excluyeron a Palacios (2), Santano; Karlov, Petter (2) y al entrenador, Quino Soler.
PARCIALES. 3-2, 4-5, 6-7, 7-8, 11-9, 15-11 (descanso); 16-13, 17-17, 20-17, 23-18, 25-19 y 27-23.
INCIDENCIAS. Partido de la jornada 11 en la División de Honor Plata Masculina, disputado en el pabellón Puerta de Santa María de Ciudad Real.