Poco después de las cuatro y media de la tarde un grupo de 15 cicloturistas, conocidos como La Concordia, partió ayer desde el Quijote Arena de Ciudad Real, como punto de inicio de una ruta que el sábado les permitirá estar en Lisboa. Por delante, 540 kilómetros con más de 5.000 metros de desnivel y muchas horas sobre la bicicleta, que también tendrán un carácter reivindicativo, pues al rodar por una parte de la denominada 'España Vaciada' reclaman mejorar el estado de las carreteras secundarias para la práctica de este deporte, así como un mayor respeto al ciclista por parte de los conductores.
Casi todos ellos pertenecen a la Peña Cicloturista El Prado y en años anteriores han realizado una ruta similar por etapas, pero hacia el Levante, con localidades como Torrevieja, Benicassim o Villarreal como destino, aprovechando que los vientos suelen soplar del oeste en estas fechas del año.
Son un grupo heterogéneo, con edades entre los 45 y los 74 años, de diversas profesiones y orígenes, pero una pasión común, el ciclismo. Como apoyo, Hilario López, de 79 años, a los mandos de un furgón de asistencia y también ciclista, «pero estas distancias ya no están a mi alcance, así que ayudo en lo que puedo», argumenta.
Los deportistas, en los primeros kilómetros de la etapa inicial, con final en Almadén. - Foto: LTEste año el lugar elegido ha sido Lisboa (Portugal) en un trazado que dividen en tres etapas. Ayer tenían previsto llegar a Almadén atravesando localidades como Cabezarados, Abenójar, Fontanosas, Almadenejos y llegada a la ciudad del mercurio, para completar 100 kilómetros y un desnivel de 1.300 metros.
Hoy viernes la etapa será Almadén-Elvas (Portugal), atravesando buena parte de la provincia de Badajoz, con 270 kilómetros y un desnivel de 2.400 metros de desnivel. Ya el sábado la etapa será Elvas-Lisboa, de 177 kilómetros y unos 1.400 metros de desnivel, cruzando en ferry el estuario del Tajo.
«Requiere de una gran preparación y que el grupo vaya a un ritmo sostenido», afirma uno de los participantes, Carlos Tristán, que alerta que «lo bueno de esto es que la gente repite».
Entre las anécdotas no faltan los objetos perdidos, incluido algún DNI, o la solidaridad y empatía de la gente cuando surge algún imprevisto mecánico.