Las lluvias de marzo, que tantos efectos beneficios están teniendo en el campo, pueden tener no obstante una consecuencia no muy buena para el melón de La Mancha, uno de los más valorados y que cuenta con la Indicación Geográfica Protegida (IGP).
Con las lluvias, la siembra de este cultivo, el rey de la fruta en verano, se podría retrasar «unos diez días» en Andalucía, de manera que su comercialización puede solaparse con el melón que se siembra en la provincia.
El presidente de la IGP Melón de la Mancha, José Ángel Serrano, explicó que precisamente por esta razón desde la Interprofesional se hacía un llamamiento a la cautela a la hora de que los agricultores planifiquen los cultivos. «Hay que tener mucha cautela porque si en otras zonas va retrasada, colapsará con los nuestros».
También indicó que si bien a principios de año los embalses de Andalucía podían acusar la sequía, con las borrascas se han recargado y ahora los agricultores cuentan con buenas reservas de agua, lo que se puede traducir en un incremento de la siembra de cultivos de temporada al contar con más posibilidades de regar. Y, a más producto en el mercado, más competencia y más dificultades para vender, sobre todo si el tiempo no acompaña.
«Dependemos totalmente de la climatología», agregó Serrano para matizar que la planificación de este cultivo es «muy complicada» dado que sus ventas están vinculadas directamente con el calor. Si hace calor, se consume; si el tiempo viene algo fresco, se queda en los estantes de los supermercados. «Y más en Europa», agregó el responsable de la IGP en referencia al peso que también tienen las exportaciones, sobre todo a países como Francia o Alemania, y al contraste térmico que hay en estas zonas.
Por eso, entre el retraso de unos diez días en la siembra en el sur, en zonas como Almería o Murcia; la mayor disponibilidad de agua para regar y la incertidumbre del tiempo, desde la IGP no tienen muchas expectativas en cuanto a un incremento de la superficie cultivable. Todo lo contrario.
«Supongo que la previsión es que la siembra siga creciendo en sandías y se reduzca en el melón», indicó Serrano al señalar que la primera tiene «algo más de valor», mientras que en el segundo hay mayor incertidumbre.
Atrás quedan, sin embargo, el tiempo en el que el melón llegó a costar 12 euros el kilo y que hizo que el diputado de Esquerra, Gabriel Rufián, denunciara en la tribuna del Congreso de Diputados su elevado coste. Aquello, sin embargo, se debió a la inflación desbocada que se sufría entonces, si bien actualmente el panorama es más incierto, de ahí el mensaje de cautela en las plantaciones ante las consecuencias de que se solape el producto.