¿Está preparado el aeropuerto de Ciudad Real para convertirse en un centro temporal de acogida de inmigrantes? ¿Es un lugar adecuado para la recepción de personas o se trataría de una alternativa «indigna» para la condición humana, como se ha denunciado desde las administraciones municipal, provincial y regional? Esta es la pregunta que está en el aire tras conocerse la posibilidad de que el Ministerio de Inclusión baraje estas instalaciones para convertirlas en el lugar donde trasladar y alojar a inmigrantes llegados de manera irregular a las costas nacionales, para proceder después a su reubicación, aliviando el colapso migratorio que se está viviendo zonas como Canarias.
En la actualidad, la infraestructura aeroportuaria, según recoge su página web, carece de servicios como duchas, cocina o estancias preparadas para dormir, y menos para acoger a la cantidad de inmigrantes de la que ha hablado ya el alcalde de Ciudad Real, unos 3.000. Además, como recordaba ayer Francisco Cañizares, el aeropuerto es un Proyecto de Singular Interés regional, aprobado por la Junta de Comunidades, donde «no aparece reflejado, ni por asomo, la posibilidad de instalar un centro de estas características», un mensaje en el que insistía el propio presidente autonómico, Emiliano García-Page en el transcurso del Debate sobre el Estado de la Región. Allí avanzó que los servicios jurídicos de la Junta «lo tienen claro» y que hoy, el Gobierno regional trasladará al central un informe en el que se recoge que «conforme a la legislación actual, esa instalación que se pretende es ilegal», porque no se acomoda a los usos previstos.
Lo que sí posee el aeropuerto es espacio. Son 1.234 hectáreas situadas a 15 kilómetros de Ciudad Real, a medio camino de Puertollano, y entre las localidades de Ballesteros, Cañada y Villar del Pozo. El edificio principal son 28.000 metros cuadrados, de los que 900 corresponden a la terminal de pasajeros, que cuenta con 10 puertas de embarque y salas VIP. Y en el exterior se ubican casi 360.000 metros cuadrados de aparcamientos.
Separado del edificio de la terminal, pista de despegue y aterrizaje y torre de control se encuentra el Centro de Visitantes, sobre una superficie de más de 47.000 metros cuadrados. Se trata de dos edificios principales y dos auxiliares de 3.200 metros cuadrados, con un auditorio de 280 butacas y la posibilidad de instalar una cafetería.
La adecuación de estas instalaciones para acoger la llegada de cientos o miles de inmigrantes pasaría por la construcción de infraestructuras auxiliares acondicionadas para el alojamiento, alimentación y pernoctación de personas. Algunas informaciones hablaban ya del inicio de obras para allanar los terrenos aledaños de cara a asentar allí barracones; un extremo que no se ha confirmado desde el propio aeropuerto de Ciudad Real.
Esta infraestructura, que funcionó con cierta normalidad entre diciembre de 2008 y abril de 2012, estuvo clausurada y tras un largo proceso judicial se abría nuevamente el 12 de septiembre de 2019 con un nuevo plan de negocio centrado en las actividades de mantenimiento de aeronaves, transporte de mercancías y aviación ejecutiva y privada. Como recordaba el Ministerio en su comunicado remitido a La Tribuna, se trata de un aeródromo con un funcionamiento actualmente «marginal, para algunos vuelos privados».