Por quinto año, el Centro de Transfusión de Sangre de Ciudad Real y la Hermandad de Donantes de Sangre han acudido al IES Santa María de Alarcos a realizar una campaña de donación que tiene un doble objetivo. El primero está claro: aproximar la donación al donante y lograr así que medio centenar de personas participen en este acto solidario. El segundo es rejuvenecer el perfil del donante de la hermandad, algo clave, porque solo se puede donar de los 18 a los 65 años y, por lo tanto, como en tantos aspectos de la sociedad, la jubilación del baby boom afecta a este acto solidario, teniendo que encontrar cada año nuevos donantes. 

La presidenta de la hermandad provincial, Matilde Santiyán, acompañada por la local, Feli Crespo, participaron en esta iniciativa recordando que están al inicio de la campaña anual en los institutos. Ya estuvieron en el Maestre de Calatrava y acudirán al Atenea, a finales de octubre, en un recorrido que les lleva por todos los de la capital. 

«Como en todos los sectores, el relevo generacional es fundamental y en la donación de sangre también», explicó Santiyán, porque «la población está envejecida y lo que necesitamos es gente joven que se incorpore a nuestra cartera de donantes».  El objetivo es fidelizar a la persona joven, que se enganche y acuda, bien a estas jornadas en que la donación se acerca a ellos, a los maratones, o al centro de donación al hospital, con el recuerdo de que las mujeres pueden donar tres veces al año y los hombres, cuatro. Como ejemplo de esa fidelización, ayer acudió Luis Rodríguez, junto a su padre, profesor en el centro, y donó por primera vez. A sus 23 años empezó un recorrido, «al final son cosas que sí podemos compartir y están a nuestro alcance». «Se trata de mejorar la vida de otras personas con un pequeño gesto», indicó el joven.

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