Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


AVE. Que los nuevos tiempos de viaje no lleguen para quedarse

22/01/2024

El mantenimiento de la infraestructura no solo es comprensible, es además necesario. Eso sí, los nuevos tiempos de viaje establecidos por el Administrador de Infraestructuras (ADIF) y que tendrán un efecto directo sobre otros trenes de larga distancia, mejorando también su puntualidad, no pueden quedarse en el futuro para acomodo de unos servicios comerciales, privatizados, en detrimento del servicio público de los Avant que conectan Ciudad Real y Puertollano. Desde el año 94, donde el Ave Madrid Ciudad Real tardaba 52 minutos y el Ave Madrid Sevilla 2 horas y 15 minutos, con un compromiso de puntualidad de cinco minutos, los tiempos de viaje se han ido incrementando. En el caso de Ciudad Real 17 minutos, con la última modificación horaria, y en el caso de Sevilla 18 minutos, con una diferencia considerable: Madrid-Ciudad Real son 171 kilómetros y Madrid-Sevilla son 471 kilómetros.
Cada minuto que pierde el AVE, como es conocido por los usuarios y clientes, en cualquiera de las dos poblaciones de Ciudad Real o Puertollano, se produce una limitación a la capacidad de atracción que tiene como medio de transporte para mantener y generar nuevos viajeros recurrentes y frecuentes por motivo laboral. Sí, esos viajeros que viven en un sitio y trabajan en otro desplazándose, diariamente, y que todos conocen como "los abonados", pero que contribuyen de manera decisiva a la economía local de la ciudad, cualitativamente y cuantitativamente, según cada caso, con su decisión de vivir en un sitio y trabajar en otro. 
En el año 1992, año de apertura de la línea AVE, cuando se implantaron las lanzaderas el día 18 de octubre, actuales Avant, entre Madrid y Ciudad Real –Puertollano, el tiempo de viaje de Madrid a Ciudad Real era de 50 minutos y a Puertollano de 65 minutos. Incluso los trenes llegaban con adelanto al horario previsto. Treinta dos años después, los nuevos tiempos de viaje anunciados la pasada semana oscilan entre los 67 minutos en el caso de Madrid-Ciudad Real y de 75 minutos para Madrid–Puertollano. 
Permitan los lectores un cálculo rápido y comparativo: si un abonado realiza 46 viajes mensuales de 23 días laborables en el mes y ahora tarda 17 minutos más de tiempo de viaje que cuando se inició el ave, invierte, mensualmente, 13 horas más en tiempo de viaje. 
No es cualquier cosa, son prácticamente dos jornadas más de trabajo al mes solo en el tiempo adicional por adaptaciones y mantenimientos de la infraestructura. Si, a las 13 horas más de tiempo de viaje, le sumas los retrasos por incidencias es muy posible que el usuario se plantee dejar de viajar diariamente en cuanto tenga una alternativa para él y para su familia. 
Pero, igualmente, los incrementos en tiempos de viaje son también una limitación para muchas otras actividades de tipo turístico y económico, y que lastra, aún más, el futuro de ambas localidades. 
Según Renfe y ADIF, el operador y administrador de la infraestructura, respectivamente, los incrementos horarios son provisionales mientras duren las obras de mantenimiento, que según estimaciones estarán finalizadas en el mes de agosto. Aquí, en esa afirmación, es donde surgen las desconfianzas. Los anteriores incrementos de viaje que se produjeron a lo largo de los distintos años entre el 94 y 2016 nunca se recuperaron. Como tampoco se recuperaron las paradas existentes previas a la pandemia en los servicios comerciales que había en Ciudad Real y Puertollano con otras ciudades y que permitían una conexión diaria y directa con Ciudad Real en viajes de jornada de ida y vuelta en el día.
El traslado de los incrementos del tiempo de viaje a los títulos de transporte tiene una doble finalidad estadística, la de evitar los retrasos, y económica, la de evitar indemnizaciones. Se ha trasladado al usuario del servicio público una mayor carga de los tiempos de viaje por mantenimiento y una menor indemnización por retraso.  ¡Qué tiempos aquellos! donde todos los trabajos de mantenimiento licitados por el mantenedor de la infraestructura eran realizados en horario nocturno para no interferir en los servicios de pasajeros y seguir manteniendo los compromisos de puntualidad. 
Existe una sensación entre los clientes más frecuentes de que los trenes Avant no están entre las prioridades del administrador, aun tratándose de un servicio público, como si fuese un subproducto de Alta Velocidad donde hay unos clientes cautivos que siempre protestan.  Los nuevos precios demuestran la capacidad de los Avant y su importancia para la ciudad recuperando 300.000 clientes que se habían perdido anteriormente por motivos económicos. Es deseable que los tiempos de viaje no echen a quienes han vuelto a utilizar diariamente los trenes y siguen viviendo en Ciudad Real, los más jóvenes y quienes tienen un menor salario, viéndose obligados a retornar a Madrid compartiendo habitación.