Las ONGs ecologistas regionales en el Patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel ven "bien" la activación de los pozos de emergencia para evitar que se registre un incendio de turbas si entran en autocombustión.
Así lo ha dicho a EFE el representante de las ONGs Rafael Ubaldo Gosálvez Rey tras la decisión de la comisión mixta de Gestión de los Parques Nacionales de Castilla-La Mancha de poner en servicio los pozos de sondeo de emergencia del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel ante el proceso de degradación de sus turbas, que podría dar lugar a su autocombustión si no se inunda la zona.
La activación de la batería de sondeos de emergencia se lleva a cabo tras recabar la autorización especial de bombeo a la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), con el objetivo de garantizar la humectación de una parte del paquete de turbas del parque nacional e impedir el riesgo de autocombustión espontánea que, de forma natural, puede originarse en estos ecosistemas. Ocurrió así en el año 2009, cuando se registraron importantes incendios en el interior del parque nacional. Rafael Ubaldo Gosálvez Rey ha comentado que la zona que ahora se va a inundar es en la que se registraron mayoritariamente los incendios de 2009, donde se llevó a cabo un importante trabajo de compactación del terreno pese a lo cual no sería raro que pudieran entrar en autocombustión las turbas dada la precaria situación ambiental en la que se encuentra el parque.
Grietas en el Molino de Molemocho
Por otro lado, ha señalado que la medida de inundar la zona también puede responder al interés de proteger el histórico Molino de Molemocho, donde, según se informó en la última reunión del Patronato, han aparecido importantes grietas que pueden afectar a su estructura. "El humedecer esa zona puede responder, por un lado, a evitar los incendios, y por otro, a preservar una edificación tan importante como es el Molino de Molemocho", ha dicho.
El portavoz de los grupos ecologistas en el Patronato de Las Tablas ha asegurado que este hecho es un "indicador más, junto con la desaparición de la masiega y otrs especies, y la falta de agua, de la situación de extrema gravedad en la que se encuentra el parque nacional".
El Parque Nacional solo mantiene inundadas 22 hectáreas
Los incendios de turbas se producen como consecuencia de la grave situación de sequía que afecta al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, que a 1 de diciembre mantiene inundadas 22 hectáreas de las casi 1.750 susceptible de serlo, es decir, el 1,27 por ciento de la superficie inundable del espacio protegido.
La sequía de las zonas que tradicionalmente venían estando encharcadas y que desde hace décadas han dejado de estarlo provoca que se reduzca el volumen de la materia orgánica que conforma la turba, contrayéndose y originando profundas grietas, por donde el aíre penetra y oxida esta materia.
La entrada de viento hace aumentar el proceso de oxidación hasta provocar que las turbas entren en autocombustión, lo que da lugar a la formación de un "gran brasero" bajo la tierra, que provoca que la temperatura llegue a alcanzar los 220 grados centígrados. Evitar esta situación es lo que persiguen ahora los gestores del parque nacional con la activación de los pozos de emergencia y la inundación de la zona.