"Tomelloso es emprendedora: cierra una empresa y abren tres"

Ana Pobes
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El presidente de la Asociación de Empresarios de la Comarca de Tomelloso asegura que los empresarios aguantan a base de "esfuerzo" y con el apoyo de la familia

Enrique Sánchez, presidente de la AECT - Foto: La Tribuna

Natural de Tomelloso, Enrique Sánchez tiene 52 años y desde los 20 lleva trabajando en el mundo empresarial, en distintos sectores. En la actualidad regenta tres tiendas de moda textil. Desde el pasado mes de marzo es presidente de la Asociación de Empresarios de la Comarca de Tomelloso (AECT), sustituyendo en el cargo a David Gallego. Responsabilidad que asume tras permanecer ocho años en la junta directiva, primero en el departamento de comercio y después como vicepresidente. La asociación cuenta en la actualidad con unos 240 asociados.

Lleva poco más de un mes como presidente de la Asociación de Empresarios de la Comarca de Tomelloso. ¿Cómo afronta este reto?
Con mucha responsabilidad, porque defender los intereses de las empresas de Tomelloso, que son un motor económico de la provincia, supone una gran responsabilidad. Pero también con mucha ilusión: no puedes hacer un proyecto atractivo a los demás si no se tiene ilusión. 

¿Qué retos se ha marcado para los próximos tres años de mandato? 
Dentro del equipo directivo hay gente que ya estaba en la anterior junta directiva, pero entre el 50 y 60 por ciento es gente nueva, con el objetivo de dar nuevas ideas y otros aires a la asociación. Cada año diseñamos una hoja de ruta, y para este ejercicio tenemos en marcha la marca 'Hecho en Tomelloso', enfocado a las empresas agroalimentarias, unas jornadas de motivación personal con la asistencia de profesionales reconocidos y la creación de tres departamentos. Sin olvidar las iniciativas que se vienen desarrollando en los últimos años como, por ejemplo, el Mileurazo y la feria Stockalia. 

¿A qué se van a dedicar esos departamentos que anuncia?
Uno de ellos irá dedicado a la internacionalización, con el objetivo de que las empresas puedan intentar exportar e importar, algo que a día de hoy es muy necesario y que da miedo a muchos empresarios. Para eso, una persona se dedicará en cuerpo y alma a echarles una mano y ayudarles a gestionar toda la documentación necesaria. Otro departamento estará enfocado a los temas jurídicos para que el empresario nos traslade cualquier problema; y otro, a los asuntos notariales ante los entresijos que nos encontramos los empresarios con la burocracia de la Administración. 

¿Qué radiografía hace de la situación actual del tejido empresarial de Tomelloso?
Tomelloso es una ciudad emprendedora: donde cierra una empresa, abren tres. Tenemos un nicho de mercado importante, pero la situación a nivel nacional es preocupante, porque no tenemos una seguridad de cómo van a ir las cosas. Hay incertidumbre y eso paraliza mucho. La gente tiene miedo a invertir porque no tenemos unos políticos que estén a la altura. 

Hace unos días, en Ciudad Real, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, habló de una «lluvia fina» de impuestos que soportan los empresarios...
Los impuestos hay que pagarlos, pero creo que algunos se deberían dar una vuelta. Pero no solo los impuestos, pues en los últimos años se ha producido una subida salarial bestial, y con esto no quiero decir que el empresario quiera un salario precario para sus trabajadores, sino que patronal y sindicatos deben establecer unos criterios en relación al artículo 33 de la Constitución. Esos gastos deben ser repartidos. Somos una asociación apolítica que se mueve solo por los intereses de nuestros asociados, pero simplemente hay que mirar cómo está la situación en España. Alguien tiene que tomar cartas en el asunto por el bien del ciudadano y de las empresas. 

Ante el panorama actual, ¿cómo resiste el empresario? 
Creo que el empresario es un género a extinguir. Falta una formación profesional de calidad con la que puedan salir futuros emprendedores y trabajadores. Es importante que haya una educación del trabajo. ¿Y cómo aguantamos? Pues a base de esfuerzo, porque muchas veces no nos queda otra y porque la familia te ayuda siempre. El buen empresario es aquel que tiene todas las necesidades cubiertas de sus trabajadores y empresa para después cubrir las suyas.