Varias decenas de agentes uniformados esperaban en la mañana de ayer el comienzo del Día de las Víctimas del Terrorismo de la Policía Nacional, que se conmemoraba por primera vez coincidiendo con el bicentenario del cuerpo.

El comisario jefe de la Comisaría provincial, Alberto Camacho, recibió al subdelegado del Gobierno en Ciudad Real, David Broceño, a quien dio el bastón de mando. El acto, que copresidieron ambas autoridades, se inauguró con el himno nacional.

Tras el discurso de Camacho se produjo el nombramiento de las víctimas de la provincia, Agustín Ginés, Luis Antonio Rodríguez y Bernardo Pérez, asesinados por ETA y el Grapo, se reconoció la memoria de los policías fallecidos, se recordó a los agentes heridos, que recibieron reconocimientos de manos del subdelegado, se ofrendaron flores y sonó el himno de la Policía Nacional.

La Policía Nacional, por un "futuro de paz y seguridad" - Foto: Tomás Fernández de MoyaUnidad

En su alocución, el comisario jefe agradeció la presencia de todos los efectivos por su significado de realización de un «futuro de paz y seguridad que hemos anhelado durante mucho tiempo y que ahora podemos disfrutar».

Camacho declaró que «el terrorismo autóctono e internacional» es la amenaza más grave que ha padecido la democracia española, sobre todo entre 1968 y 2015, cuando había dejado su mayor cifra de «policías muertos y familias destrozadas».

El subdelegado del Gobierno en Ciudad Real, David Broceño, expresó, en nombre de la sociedad, el «agradecimiento a quienes sacrifican sus vidas por la seguridad de los demás», «policías que vivieron la angustia y la incertidumbre» en el ejercicio de su profesión. Broceño avisó de que «el terrorismo busca sembrar el pánico y la división», ante lo que «hay que exhibir unidad y fortaleza y trabajar juntos por una sociedad más justa y más solidaria», y afirmó que «no debemos olvidar la memoria de las víctimas».

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