Las lluvias que están descargando las sucesivas borrascas se están dejando notar en los embalses de la provincia y, con ello, traen optimismo para los regantes, que alejan el fantasma de la sequía y de los recortes de agua de años anteriores. Desde Torre de Abraham, hasta el Gasset, e incluso el Vicario, que apenas tenía dotación de agua hace unos veranos sin poder regar, ven ahora el vaso 'medio lleno' y confían en tener unas buenas dotaciones de agua, las suficientes para satisfacer las necesidades de los cultivos de cara a la próxima campaña.
Todos, salvo Peñarroya, que nada a contracorriente, ya que cuando el resto de grandes embalses tenía limitado el riego, Peñarroya conservaba su dotación de 25 hectómetros cúbicos para regadío, pero este año será al contrario, dado que la presa está actualmente al 50% y además se destinan recursos al caudal ecológico y se tiene que reservar agua para tres años para abastecer a los municipios de Tomelloso y Argamasilla de Alba.
«Contamos ya con 31,6 hectómetros cúbicos y esperamos tener toda la concesión, 33,3 hectómetros», avanzó a La Tribuna la presidenta de la Comunidad de Regantes Torre de Abraham, María del Mar Rodríguez, quien destacó que este embalse está «cogiendo bastante agua» y «todos los arroyos están corriendo». Ayer almacenaba 124 hectómetros cúbicos, al 68 por ciento de su capacidad.
Rodríguez recordó que el año pasado contaron con toda la concesión, aunque no la agotaron. La fecha que tienen en rojo en el calendario es el próximo día 24, cuando se desarrollará una Junta de Explotación con la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) para concretar las dotaciones de agua para riego.
En el embalse del Vicario también confían en tener los ocho hectómetros cúbicos del año pasado, lo «suficiente para una campaña normal», expuso a este diario su presidente, José Luis Amores, quien comentó que, sin embargo, el embalse tiene condicionada su entrada de agua, tanto por el Gasset, que se prioriza al ser de abastecimiento, como por Las Tablas de Daimiel, hacia donde se derivan recursos.
«La primavera va bien, al menos el principio», agregó Amores tras exponer que los agricultores de la zona al menos podrán plantar cebollas, melones, alfalfa u otros cultivos, revitalizando así la zona.
En el embalse del Gasset, también reina el optimismo. Este martes almacenaba 23,8 hectómetros cúbicos, al 61,23% de su capacidad, y la comunidad de regantes confía en tener la misma dotación que el año pasado, cinco hectómetros cúbicos, si bien no prevén agotarla tampoco este año, máxime tras toda la inversión que han realizado para modernizar el regadío mediante la instalación de tuberías. Lo que sí prevén es que habrá un aumento de la superficie de cultivo, sobre todo hortícolas, hasta llegar a casi 400 hectáreas de cerca de 300 comuneros. «En principio será una campaña sin ningún problema», resumió su presidente, Cesáreo Salcedo.
La excepción. Sin embargo, en Peñarroya los nubarrones no están en el cielo, sino en sus expectativas para los cultivos. Explican que casi no está lloviendo en la zona, apenas cien litros por metro cuadrado, y que el embalse está soltando agua para el caudal ecológico, por lo que está al 51,75%, con 26,04 hectómetros. «De 2022 a 2027 no ha llegado a cerrarse» el caudal ecológico, lo que atribuye a la intención de la administración de recargar los acuíferos.
En esta situación, ve «imposible» contar con los 25 hectómetros cúbicos que solían tener para regar, ya que se destinan alrededor de seis al caudal ecológico, más otros seis para reserva de este y entre «14 y 15» para garantizar el abastecimiento para tres años para los dos municipios que abastece: Tomelloso y Argamasilla de Alba. «Se va a poder regar, pero muy poco; y si no llueve vamos mal», lamentó su presidente, Bernabé Ruiz.