Marina San José, Javier Pereira y Manu Baqueiro, protagonista de esta entrevista, son los actores que dan vida a Una semana nada más (Soñando Producciones SL), una delirante comedia que llega este fin de semana a los teatros de la provincia: Valdepeñas (viernes, 21.00 horas, en el Francisco Nieva); y Malagón (sábado, 20.30 horas, en el Teatro Cine-Edu).
¿Qué se va a encontrar el público que asista estos días al teatro?
Se va a encontrar una comedia muy divertida, de situación, en la que se habla de la amistad y las relaciones, de cómo a veces todas las cosas se lían por no hablarlas, por no contar la verdad, por no hacer frente a los problemas. De todo esto se habla en la obra, pero desde un punto de vista muy cómico y de enredo, a través de una pareja en crisis que mete en casa a un tercero, que soy yo. A partir de ahí empiezan a ocurrir todo tipo de cosas y en muchas se va a ver reflejado el público. Tiene, además, un final completamente sorprendente. Llevamos casi un año con la obra por toda España y lo estamos pasando fenomenal, así que espero que la gente de Ciudad Real se lo pase también muy bien.
Una semana nada más habla de la cobardía a la hora de tomar decisiones que pueden cambiar la vida. A veces es difícil salir de la zona de confort, ¿verdad?
Sí, completamente, a veces es difícil. Y nos complicamos mucho la vida por no decir las cosas. Son temas profundos e interesantes, pero aquí están todos tratados a través de una comedia disparatada y descacharrante.
En su caso, sí que salió de la zona de confort y se tiró de cabeza a la piscina. ¿Cómo fue aquello de dejar la abogacía para probar en el mundo de la interpretación?
Estudié Derecho, decidí cambiar de vida y salió bastante bien, la verdad es que estoy muy contento. Creo que en la vida hay que intentar más cosas.
¿Cómo fueron los comienzos?
Como en todo, dificilillos. Cuando empecé con el arte dramático, lo primero que me salían eran cosas de publicidad, que estaban bastante bien pagadas para poder ir tirando; probé también con los cafés-teatro y enseguida me empezaron a llamar de un sitio y otro. Y luego llegaron Amar en tiempos revueltos y Amar es para siempre, donde me he pasado 18 años entre las dos.
¿Qué ha supuesto el papel de Marcelino Gómez Díaz en su trayectoria profesional?
Pues imagínate. Me ha marcado completamente, y estoy feliz por ello. Cuando interpretas a un personaje durante tanto tiempo y que gusta, con una audiencia tan buena como la que hemos tenido hasta el final, es una gozada. Muchas veces me llaman Marcelino por la calle.
¿Hay vida más allá de 'Marce'? ¿En qué proyectos está inmerso o tiene en cartera?
Sí, hay vida más allá de 'Marce', claro. Estoy rodando otra serie que se llama ¿A qué estás esperando?, para Antena 3, y de gira con esta función. Estoy con bastantes cositas, feliz con los proyectos, la verdad. Cuando una etapa se cierra, otras se abren.
Leí en una entrevista que después de tantos años en la piel de 'Marce', le gustaría interpretar un papel de malo...
Sí. 'Marce' ha sido muy divertido de hacer, pero me apetece interpretar a algún malo. A ver si surge algo pronto...
Teatro, cine y televisión. ¿En qué disciplina se siente más cómodo?
Me gustan y disfruto mucho con todas: la tele me gusta mucho y el teatro me apasiona. Son medios distintos, pero perfectamente compatibles, cada uno con sus ventajas e inconvenientes. El teatro es mucho más exigente, porque tienes que estar muy concentrado y vivo el día de la función, no hay margen de error. Otra de las cosas buenas que tiene es que sabes perfectamente a qué hora empieza la función y a qué hora te vas a casa; en los rodajes no siempre es así.
Los fogones no se le dan tampoco mal. ¿Qué tal fue la experiencia en MasterChef?
Pues muy bien, la verdad, nos lo pasamos muy bien y lo disfrutamos mucho. Fue una experiencia diferente, con la que, precisamente, salí de la zona de confort. Fue hace sólo dos años y lo veo ya como algo muy lejano. Va todo muy rápido.