Las renuncias a cobrar las herencias se han incrementado un 1,6% en el último año en Castilla-La Mancha. En concreto, mientras que en 2022 lo hicieron 2.077 personas sobre un total de 15.983 adjudicaciones por título sucesorio, en 2023 su número ascendió hasta 2.112 sobre 15.063 adjudicaciones o fallecidos, según datos del Consejo General del Notariado (CGN). El número de renuncias se mantiene «estable» por encima de los dos millares tras el «bache» registrado en 2020, debido al colapso provocado por las políticas de confinamiento por la pandemia de COVID-19.
El decano del Colegio Notarial de Castilla-La Mancha, Luis Fernández-Bravo, explica que las notarías son «un termómetro de lo que sucede en la sociedad a nivel general», y no fueron ajenas, en este sentido, al cese de actividad prácticamente total que vivió el país durante tres meses. En 2020 cayeron tanto las adjudicaciones por título sucesorio (12.830) como el número de personas que renunció a heredar (1.741). Desde aquel año hasta la actualidad, las renuncias se han incrementado un 21,3% en la región, cinco puntos menos que la media del conjunto de España.
En 2021 volvieron a repuntar y registraron el pico más alto de la última década: 16.131 adjudicaciones o fallecidos y 2.131 renunciantes, tal y como refleja la estadística del CGN. «El segundo semestre de 2020 ya fue bastante agitado en lo que se refiere a volumen de trabajo y en 2021 se tramitó también mucha documentación atrasada», subraya Fernández-Bravo, para insistir en que «el bajón estadístico de 2020 se produjo como consecuencia de la pandemia».
Las causas que llevan a renunciar a una herencia son variadas, pero una de las más habituales son las deudas, es decir, descubrir que la herencia es negativa, que el pasivo que deja el fallecido es superior al activo: «Aceptar una herencia en esas condiciones supone un quebranto patrimonial muy importante y por eso, muchas veces, analizada la situación, se acaba renunciando para no hacerse cargo de las deudas del familiar fallecido».
El decano recuerda que las herencias «se aceptan o se renuncian en bloque, de forma global, por lo que en el momento en el que vendo algo de la masa hereditaria o hago algo que no podría hacer si no fuera heredero, me estoy haciendo cargo de la totalidad de la herencia de forma tácita». «Es una forma de aceptación de la herencia muy frecuente y, en muchas ocasiones, irreflexiva, que implica que estás subrogando en la totalidad de la posición jurídica del fallecido, tanto en la parte activa como en la pasiva, tanto en el beneficio económico como en las deudas», remarca Fernández-Bravo, que recomienda siempre buscar asesoramiento profesional antes de dar este paso.
Los motivos personales también pueden estar detrás de la renuncia a una herencia, así como el tema fiscal, aunque el decano del Colegio Notarial de Castilla-La Mancha asegura que estos casos apenas tienen incidencia en la estadística, puesto que el tratamiento que se da en la región es «adecuado y beneficioso», especialmente en las adjudicaciones más frecuentes, las de padres a hijos: «Desde 2006, cada uno de los hijos tiene derecho a una exención total de impuestos por los primeros 176.000 euros que reciben de sus padres».
Las herencias a beneficio de inventario se multiplican. La normativa española ofrece la posibilidad de, sin renunciar a la herencia, no tener que responder con el patrimonio propio sobre las deudas del fallecido. Ante el aumento de herencias con deuda, los herederos optan cada vez más por blindar sus activos, acogiéndose a la aceptación de herencia a beneficio de inventario. «Lo que hace es limitar la responsabilidad del heredero, aceptando sólo el activo que resulte después de haber liquidado todas las deudas», explica el decano del Colegio Notarial de Castilla-La Mancha, Luis Fernández-Bravo.
En la región se han multiplicado los casos por diez desde 2015, «cuando se modificó la ley para sacar la aceptación de herencia a beneficio de inventario de la esfera judicial y se llevó a la notaría». En 2023 se tramitaron 42.