El XXVIII Quijote Maratón que se celebra este domingo en Ciudad Real tendrá una ausencia muy destacada, la de Joaquín Lemos, que por motivos de salud no puede encargarse este año de todo lo relacionado con la logística y voluntarios.
Con más de 30 maratones en sus piernas y varias pruebas de ultrafondo, el atleta del Club Quinto Aliento recuerda que solamente ha podido correr una vez en Ciudad Real y realmente estuvo más pendiente de las llamadas que recibía para solucionar cuestiones organizativas que de correr.
Tras casi tres décadas al frente de un grupo muy numeroso de personas, anécdotas tiene para escribir un libro. Desde atletas que desaparecen misteriosamente cuando se anuncia que deben pasar el control antidoping, a otro al que un familiar le facilitaba oxígeno desde una bombona para que pudiera correr más, o descubrir a participantes intentando atajar en el recorrido. «El día de la carrera yo he podido hacerme más de 150 kilómetros entre la bici y la moto para intentar que todo saliera bien», explica.
Su labor, como la de otros muchos colaboradores, siempre altruista, enlazaba una edición con otra. Al día siguiente de la conclusión de la carrera, tocaba ya revisar el material e ir preparando solicitudes de ayudas y permisos.
El día de la carrera ya estaba en pie a las tres y media de la madrugada realizando las labores más variopintas, desde la colocación de conos hasta preparar los avituallamientos. Hasta que no se quedaba todo recogido, cerca de las diez de la noche, no paraba.
Este domingo será muy especial, pues estará en la salida y allí acompañará a los atletas y organizadores, pero sin esa tensión propia de ser uno de los responsables de que nada falle.
Lemos recalca la complejidad de organizar un maratón, causa que, según él, explica que ya solo quede éste en Castilla-La Mancha. Además, piensa que muchos atletas populares se equivocan al apostar por correr maratones de gran prestigio, «donde las marcas que se obtienen son mucho peores» por la gran afluencia de deportistas, en vez de decantarse por otras pruebas más pequeñas.
GRAN FONDISTA. Aunque ha concluido 17 maratones por debajo de tres horas, asegura que su objetivo cuando disputa un maratón «es disfrutar y ayudar a los demás. Yo no competía para lograr un buen puesto o conseguir una marca. Lo hacía porque tenía facultades para ello y me gustaba». En este sentido, recuerda que en el Maratón de Berlín se quedó ayudando a un italiano que desfalleció a falta de 1 kilómetro para la meta. «Lo importante ahí es el compañerismo y no el tiempo que tardes en llegar a la meta», insiste.
Su capítulo de agradecimientos es extenso e incluye a los distintos equipos organizadores de la prueba, voluntarios, Ayuntamiento de Ciudad Real y su personal de distintos departamentos, Protección Civil y Policía Local.
La organización del Quijote Maratón, comandada ahora por Iván Palero, le rindió un homenaje en su presentación, que él acogió muy emocionado. «Soy una persona de pocas palabras. A mí me gusta trabajar y no salir en las fotos», advierte, solicitando la ayuda de todas las partes implicadas para que este Quijote Maratón pueda seguir celebrándose y haciendo un llamamiento también para que todo aquel que lo desee pueda colaborar como voluntario.