Regalos literarios sin firma

Hilario L. Muñoz
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La Biblioteca Pública del Estado lleva más de un año recibiendo libros de una calidad literaria excepcional a través del buzón de devoluciones que tiene en su fachada

El carro donde caen las donaciones entregadas a través del buzón de la fachada - Foto: Tomás Fernández de Moya

La Biblioteca Pública del Estado de Ciudad Real busca desde hace más de un año a un donante anónimo de libros, una persona que lleva meses dejando libros en perfecto estado en su buzón de devoluciones y que, además, tienen mucha calidad. Por ejemplo, en ocasiones, han resultado ser novedades, con lo que se enriquecen los fondos de la institución y, otras veces, son documentos que ya tiene el centro y que se destinan a venderlos en mercadillos, que buscan apoyar a asociaciones de la capital, o bien se les da traslado a otras bibliotecas para que puedan formar parte de los fondos en préstamo con los que cuentan.  

«Normalmente, las donaciones en la Biblioteca Pública del Estado hay dos maneras de realizarlas», explica la directora de la institución, Maribel López. Una vía es que «si son menos de 10 libros» se pueden poner en contacto con la biblioteca por teléfono o directamente los dejan en el mostrador para poder verlos y valorarlos. La segunda vía es cuando son más de diez libros, «una cantidad importante», para lo que los usuarios deben enviar «un listado, que se puede encontrar en la página web de la institución». De este modo, se le puede echar un vistazo y apuntar aquello que interesa a la Biblioteca.

«Hay ciertos materiales que no se aceptan, como son aquellos que se muestren deteriorados o rotos o sucios, que algunas veces la gente los dona» y que no se aceptarían. Tampoco «libros de informática desfasados o libros que sean ya muy antiguos sobre temas de actualidad , por ejemplo, uno de viajes que tenga más de 10 años». Además, no se aceptan en el organismo libros de textos y enciclopedias que no tienen cabida desde hace años en la Biblioteca Pública del Estado de la capital.

El carro donde caen las donaciones entregadas a través del buzón de la fachadaEl carro donde caen las donaciones entregadas a través del buzón de la fachada - Foto: Tomás Fernández de Moya

Pese a estos dos métodos establecidos, hace algo más de un año, aparecieron lo que los bibliotecarios han nombrado como «donaciones anónimas». «Nos dejan libros de los que, además, hay diferentes tipos». La directora expuso que «son donaciones con mucha calidad literaria», recordando por ejemplo que hay donaciones de obras de Virginia Wolf o biografías de escritores extranjeros. Por este motivo, desde la Biblioteca Pública del Estado piensan que se trata de donaciones de una persona de «cierta cultura, a lo mejor algún profesor o profesora de historia o de un instituto, o una persona que no tiene ese trabajo, pero a la que sí le gusta leer con mucha calidad literaria». A estos se suman «best-sellers y algunos libros con menos calidad literaria, pero que nos vienen genial para la biblioteca», recordó.

Desde la biblioteca se piensa en que detrás de estas acciones haya un donante o quizas varios que de forma anónima optan por esta vía para ceder sus libros a la sociedad. No se sabe la identidad del benefactor o benefactora,  y tampoco se quiere descubrir, si él o ella no quiere. «Respetamos ese acto anónimo», apuntaron.

«La biblioteca está agradecida por estas donaciones que nos sirven para tener nuestra colección actualizada» y recordó que ningún libro que llega a sus manos se pierde. Todos los volúmenes se valoran por el personal de la biblioteca. Primero, «buscándolo, si está en la biblioteca, o en otras cercanas» y si ya está en los fondos, acaba en «asociaciones de Ciudad Real».