Una nueva obra en el entorno de la plaza de toros y un nuevo posible resto arqueológico descubierto que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha analizará para saber si corresponde o no a algún resto de la muralla de Ciudad Real. En este caso, la obra es la demolición de una vivienda en la ronda del Carmen que podría haber dejado al descubierto restos de una torre de la muralla que hubiera en la zona. Se trata de un caso en estudio, así lo expusieron fuentes consultadas por La Tribuna, quienes explicaron que ayer técnicos de patrimonio visitaron la zona y analizaron los restos visibles. Se trata de un análisis sin confirmar ni descartar nada aún. La idea ahora es estudiar si piden un análisis más detallado de la zona, que incluya el subsuelo, retirando los escombros, así como un estudio histórico de la muralla de la zona para saber qué podría haber en esta parte de la ciudad.
Hace ahora tres años del descubrimiento de los restos de la fosa de cimentación, durante la renovación de la plaza aledaña al coso ciudadrealeño. En este caso, la obra implicó trabajos en el subsuelo que pusieron al descubierto el vaciado de la muralla, una zona de 2,40 metros de ancho que era lo que ocupaba, pero tras el que no había nada. Finalmente tras los estudios se optó por tapar la zona y marcar en la obra la zona por donde transcurría el muro defensivo de la capital.
El arqueólogo de aquel trabajo histórico fue Miguel Ángel Hervás, de Baraka Arqueólogos, quien explicó a La Tribuna que las tapias que se ven en las fotos parecen tener un uso doméstico, ya que «ninguna tapia defensiva tendría tan solo 50 centímetros de grosor». Hervás, que se encuentra trabajando fuera de España, expuso que el solar de la casa derribada era el emplazamiento de una torre de la muralla. De hecho, así lo muestran los planos topográficos hechos por el Instituto Geográfico y Estadístico en 1886. Sería una torre que desapareció en la década de 1930, años antes de que se construyeran las viviendas en el entorno de la plaza de toros. «De la torre es seguro que quedarán restos de subsuelo: bien el zócalo de cimentación, o bien su negativo, pues la piedra del cimiento pudo haber sido expoliada para construir las casas», explicó el arqueólogo. Algo similar es lo ocurrido con la muralla, de la que quedaba el negativo, el hueco donde se encontraba la zona defensiva.
Otro posible resto de muralla en la plaza de toros - Foto: Rueda VillaverdeArqueología y urbanismo. Hervás recuerda la importancia de esta zona en cuanto a su contenido arqueológico y la necesidad de que cada obra de derribo o construcción conlleve un estudio arqueológico asociado. Además «si aparecieran restos de la torre o de la muralla, el propietario estará obligado a conservarlos», expuso Hervás, ya que «cualquier resto de estructura defensiva que exista en España, sea conocido o no, es por definición un Bien de Interés Cultural». Por este motivo explicó las dificultades que hay en la zona para construir nuevas viviendas, por la necesidad de agotar la secuencia estratigráfica para llegar al posible muro o espacio ocupado para la defensa de Ciudad Real durante los estudios arqueológicos. En su opinión, lo ideal sería mejorar la visibilidad de la plaza de toros, adquiriendo el Consistorio esas casas en ruinas, para «dignificar el entorno de la plaza de toros, incorporando los posibles restos de muralla» que apareciesen en la zona.
En este sentido hay que tener en cuenta que el trazado de la muralla, marcado por los restos descubiertos en la obra de la plaza de toros, es claro y sigue una línea que atraviesa esas viviendas hasta la puerta de Toledo, siguiendo la zona oeste de la capital.
Otro posible resto de muralla en la plaza de toros - Foto: Rueda Villaverde