La línea de alta velocidad entre Madrid y Sevilla celebra este domingo 32 años desde su entrada en funcionamiento «convertida en la mayor obra de ingeniería ferroviaria realizada hasta ese momento en España» y que en la actualidad se somete a un plan de renovación integral «sin precedentes», como asegura Adif, y que incluye la ampliación de la capacidad de la estación de Puertollano, habilitando una vía más para alta velocidad, la mejora de la base de mantenimiento de Calatrava o el refuerzo de las juntas de dilatación de los tableros de los puentes y viaductos a su paso por Ciudad Real.
«Más de tres décadas después, se ha constatado su impacto determinante en el desarrollo social y económico de las comunidades que atraviesa y la vertebración territorial», según destacan fuentes de Adif, al hablar del hito que supuso el estreno de la alta velocidad en España, al tiempo que valoran que «la estrecha relación entre ferrocarril y sostenibilidad se inicia también con esta línea, al convertirse en la primera infraestructura en introducir el respeto al entorno como pilar básico».
En 2023, la línea de alta velocidad a Andalucía registró un récord histórico de tráfico y fue un 24,3% superior al de 2022, impulsándose desde Adif ese plan que comprende actuaciones en todos los ámbitos con el fin de que primera línea de alta velocidad«siga a la vanguardia y respondiendo al reto de la liberalización y los nuevos modelos de movilidad».
El administrador ferroviario estima que el 85% del volumen de trabajos de ese plan ha concluido o está en marcha. Eso supone que «prácticamente, la inversión total destinada a la renovación -más de 700 millones de euros- está movilizada (en licitación, contratada, en ejecución o ya ejecutada)». De hecho, Adif estima que la mitad «está ya ejecutada».
En cuanto a los ámbitos en los que se ha trabajado, en infraestructuras, en 2023 se completó la renovación de los nueve viaductos sobre Sierra Morena y se aborda ahora el refuerzo de más puentes y viaductos en Madrid y Ciudad Real antes de hacerlo en Toledo y Córdoba. Otro aspecto a mejorar son las propias vías. El año pasado se culminó la primera fase de instalación de nuevos desvíos con la colocación de 63 de última generación, aptos para circulaciones a una velocidad máxima de 350 kilómetros por hora. Este año se abordará una segunda fase, con la instalación de 47 desvíos más, en lo que Adif califica como «un gran reto técnico y de logística, por la dimensión de equipos humanos y técnicos implicados, y por realizarse en horario de madrugada y sin circulaciones». En paralelo, se desarrolla una segunda fase de renovación de traviesas (123.732 unidades), que se suman a las 71.318 ya desplegadas. Otros trabajos que se están acometiendo en esta línea son los de electrificación, señalización, comunicaciones y protección de la vía, con sistemas que detectan y controlan a distancia la caída de objetos y con videovigilancia mediante 826 cámaras, además de incluirse las mejoras en las bases de mantenimiento y estaciones.
«El plan de renovación integral de la LAV Madrid-Sevilla no tiene precedentes por el volumen y diversidad de sus actuaciones, así como por el hecho de desarrollarse manteniéndose el tráfico ferroviario», destaca Adif, que cuenta con financiación europea del fondo de Mecanismo de Recuperación y Resiliencia para este plan.