Al presidente de Enresa, la empresa pública encargada de gestionar los residuos nucleares en España, se le vio satisfecho un día después de conocerse que el Tribunal Supremo desestimaba los recursos de las localidades candidatas de Yebra y Ascó en contra de la construcción de un ATC en Villar de Cañas (Cuenca). Francisco Gil-Ortega estuvo el pasado fin de semana en el acto institucional del Día de la Región con la tranquilidad de saber que los tribunales han dado vía libre a la construcción del almacén de residuos nucleares en la localidad conquense.
Gil Ortega confirmó a La Tribuna que contaban con una resolución favorable del Supremo, como así sucedió. «Es algo que esperábamos», confesó, «pero hasta que no se ha producido no hemos podido tenerla en nuestras manos». Así se refirió a una sentencia en la que el Alto Tribunal avala la elección del municipio conquense en comparación con los demás finalistas.«Dentro de los cuatro con mejor puntuación global ha valorado especialmente el factor del consenso social», reza la sentencia.
Según Gil Ortega el escrito del Supremo «pone de manifiesto que el Gobierno tuvo razón cuando tomó la decisión de ubicar el ATC en Villar de Cañas». Y no solo es importante porque avala esta decisión del Gobierno, sino que también recuerda que así se pone punto final al proceso judicial de esta designación. Según confirmó el presidente de Enresa a La Tribuna, los recursos de Ascó y Yebra «eran los últimos que quedaban». O lo que es lo mismo, que «ya no queda ninguno».
El ATC es un almacén para guardar los residuos de alta radioactividad, muchos de ellos procedentes del desmantelamiento de las centrales de España, ya que los de baja y media actividad se llevan a un almacén en El Cabril (Córdoba). La infraestructura supondrá una inversión millonaria para la zona, aunque también ha recibido críticas de algunas plataformas vecinales, de organizaciones ecologistas y del partido de la oposición en Villar de Cañas, en la provincia de Cuenca y en Castilla-La Mancha, el PSOE. Hasta la fecha, se ha licitado la mejora de algunas de las carreteras de acceso a esta localidad y se ha empezado a construir un vivero de empresas tecnológicas y un laboratorio.
La resolución del supremo. Las ciudades candidatas de Yebra y Ascó recurrieron contra la ubicación del ATC en Villar de Cañas. De hecho, eran dos de los municipios que más sonaban por su cercanía a centrales nucleares. Tanto Yebra como Ascó fundamentaron sus demandas alegando que el acuerdo infringía «las bases de la convocatoria», además de considerar la elección arbitraria, al carecer de «toda la justificación» y de la motivación necesaria». Pero el Supremo ha dado la razón al Consejo de Ministros y señala que, por ejemplo, los informes determinan que el emplazamiento de Villar de Cañas es preferible a los de Yebra o Ascó desde el punto de vista sísmico.
Los recursos de estas localidades candidatas no son los únicos que ha tenido que afrontar el proyecto del ATC en Villar de Cañas. El 28 de octubre de 2013 se rechazó el recurso interpuesto por la asociación Greenpeace, en el que cuestionaba el desarrollo de la convocatoria. Una semana más tarde se hacía lo propio con la demanda registrada por los ayuntamientos de la comarca dirigidos por alcaldes socialistas, caso de Belmonte, Villar de la Encina y Monreal del Llano. El 13 de noviembre, el recurso desestimado por el Alto Tribunal era el de Ecologistas en Acción.