«Yo quiero ser una 'quijota' del siglo XXI»

Ó. Furones
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La cineasta Mabel Lozano, Medalla de Oro de Castilla-La Mancha, es referente del feminismo en Espasña. «Cuando tú vas a comprar un ser humano no tiene nada que ver con la sexualidad. Lo que hay es poder»

«Yo quiero ser una ‘quijota’ del siglo XXI» - Foto: Juan Lazaro

Directora y productora de historias «que merecen ser contadas», además de ser una «vocera contra la esclavitud sexual», así se describe Mabel Lozano. Esta toledana se ha erigido como el emblema viviente de la resistencia para todas aquellas mujeres que, sumidas en el silencio de la opresión, encuentran en su espíritu una fuerza transformadora que les otorga una voz colectiva, alzando así sus historias y luchas ante el mundo.

Medalla de oro de Castilla-La Mancha... un tremendo orgullo...

Es una tremenda alegría, un orgullo, mucho más que un Goya por aquello de que nadie es profeta en su tierra. Y de repente este es un reconocimiento en mi tierra y este año, curiosamente, es en Toledo, a muy pocos minutos de donde yo he nacido. 

Estoy muy agradecida, emocionada, y feliz. Siempre he sentido mucho cariño de mi pueblo, Villaluenga, y este año vuelvo a dar el pregón. Siento mucho cariño de mis paisanos y es un orgullo ser castellanomanchego. 

Es muy importante tener un pueblo, unas raíces, un lugar donde volver, mi casa, es el punto de partida, el trampolín desde me he impulsado para recorrer el mundo. Pero es verdad que tengo un sentimiento de pertenencia que es castellanomanchego, toledana. 

La tierra donde cabalgaba el Quijote, pero también es la tierra de Dulcinea. Una mujer sin voz, una mujer imaginaria... y eso es lo que llevo luchando 20 años de mi vida, para poner voz a las mujeres que no tienen voz, a las mujeres invisibles. El mundo está lleno de Dulcineas, y ese es mi trabajo, dar voz a las invisibilizadas, aplastadas, drogadas, explotadas. Eso es lo que hago a través del cine y de la palabra.

Entonces... ¿Quijote o Dulcinea?

Yo comulgo más con los valores, se supone que tiene el Quijote. Lealtad, verdad, valentía... yo comulgo mucho más con esos valores, pero ¿qué valor se le ha puesto a Dulcinea? Es la compañera del héroe, la compañera sin voz, la compañera silenciada, que solo se le reconoce su belleza.  

Yo sería una 'quijota', no un Quijote sino una 'quijota', porque a mí los valores que se le presupone al Quijote son con los que yo comulgo. Y son los que ha puesto el presidente, García-Page, en como se llama el acto del día 31: castellanomanchegos con valores.

¿Que valores tiene Dulcinea?, es la compañera silente. Yo quiero ser una quijota del siglo XXI. 

¿Cómo ha influido Castilla-La Mancha en tus trabajos, proyectos o en tu carrera?

Me sigue influyendo. Cuando no estoy de viaje suelo ir a Villaluenga. Tengo allí a toda mi familia y sigo teniendo mucho contacto con mi tierra. En mi casa todo el vino que se toma es de DO La Mancha. 

Mi tierra es un referente en mi vida. Y además trabajamos mucho juntos como por ejemplo con el CiBRA. Es una referencia presente y futuro. 

Firme defensora de los derechos de la mujer... ahora mismo, ¿cómo definirías la situación de la sociedad?

Yo creo que estamos en un momento brutal de crispación política. Muchas veces los políticos se olvidan de la ciudadanía. Acaba de pasar con la  reforma legislativa contra el proxenetismo que no ha salido adelante.

Es una reforma legislativa para condenar todas las caras del proxenetismo, para que nadie se lucre del sufrimiento de las mujeres, explotación, su hambre, su vulnerabilidad. Pues queda en nada.

El enemigo es un frente común, el proxenetismo, pero hoy el enemigo del PSOE es el PP, del PP el PSOE, VOX, Sumar... no hay diálogo, pensamiento crítico, ni tolerancia. Vamos a dialogar. A poner coto a los malos, es un frente común. Poner coto a los que se lucran del sufrimiento humano. Era una reforma legislativa con un frente común, pero se ha quedado en nada. 

Siempre has dicho que «ninguna mujer nace para ser puta», pero luego en CLM somos una de las regiones con mayores puticlubs... 

Castilla-La Mancha es una de las regiones con más puticlubs y ahora con pisos. Siempre he pensado que cuanto trabajo hay que hacer de información, formación y sensibilización a los hombres. Porque esto tiene que ver con la demanda. Los hombres que en nuestra tierra colaboran directamente con los proxenetas al pagar. Y colaboran directamente con una de las formas más perversas de violencia, de explotación, y de vulneración de derechos humanos del siglo XXII. 

Hay muchos hombres en nuestra tierra que encuentran esto normal y nadie les dice que está mal. 

Hay que hacer mucho trabajo con los jóvenes para crearles un pensamiento crítico y para que las nuevas generaciones no sean demandantes de esta barbaridad. 

¿La educación es la base? 

Los jóvenes darán el cambio. Están segura. 

Aquí tiene que haber dos cosas: legislación y educación. Una legislación que hemos perdido la oportunidad de condenar a los proxenetas, pero también una legislación que proteja a las mujeres, que las dote de alternativas porque si no las condenamos a la exclusión social. Hay que poner por delante a las mujeres. Implementar las leyes para que puedan salir de ese sistema de prostitución. Todo esto tiene que ir acompañado de educación. Educación afectivo-sexual.

Cuando tú vas a comprar un ser humano no tiene nada que ver con la sexualidad. No hay sexualidad, hay poder. Te he comprado y vas a hacer lo que a mí me dé la gana. Porque la sexualidad va de placer y en el acto de comprar o alquilar un ser humano, lo que vemos es poder. Una mujer si pudiera elegir ni estaría ahí, porque a ti no te gustaría que estuviera ahí tu madre, ni tu hermana, ni tu novia… no te gustaría que fueran putas. Pues esa mujer si pudiera elegir no estaría ahí contigo.

Y ya de cara al futuro. ¿Cuáles son tus nuevos proyectos? 

Hemos estrenado recientemente un corto de animación sobre mi viaje a través del cáncer de mama. Que también es el viaje de millones de mujeres por el mundo.  

Mi gran admirado y amigo José Mota siempre me ha dicho que la distancia más corta entre dos personas es el humor, y es verdad. Yo no puedo utilizar el humor porque de lo que hablo no tiene ninguna gracia, pero en este caso, en el corto, sí utilizo el humor, el amor, sin banalizar el cáncer, contando la verdad. 

Es una enfermedad de mierda, pero cuando te llega hay que quitarle todos los tópicos y estereotipos. Eso ayudará mucho a las mujeres.