La atleta María Pérez opta a medalla en los Juegos de París. Sus dos oros en marcha -20 y 35 kilómetros, respectivamente- del último Mundial merecen más patrocinio. Su gesta en Budapest le debe abrir más puertas. Ignacio García, experto en márketing, que trabaja con Carolina Marín, ha comenzado a explorar su mercado, mientras María se recupera de su lesión.
La marchadora de Orce, localidad granadina de poco más de 1.100 habitantes, es una de las grandes deportistas españolas. El pasado verano entró en los libros de historia del atletismo mundial con dos metales con los que apunta a la capital gala.
¿Cómo va la recuperación de la fractura en el sacro?
Estoy bien. De lunes a viernes hago sesión de fisio y cuando tengo un acto voy y recupero la sesión después. Estoy deseando dejar las muletas. Primero comenzaré a entrenar en agua porque hay que tener cuidado para recuperar bien. Es mejor prevenir que curar y no ir más rápido de lo que se debe. A principios de enero se repetirá el TAC e iremos haciendo ejercicios.
¿Qué plazos se marca?
No quiero correr más de lo que no se pueda. Quiero llegar bien a los Juegos de París. La plaza en los 20 kilómetros la tengo y en el relevo hay que clasificarse. Intentaré competir todo lo que pueda, pero mi prioridad es recuperarme. Una cosa es tener molestias cuando afinas mucho y otra tenerla en unos Juegos.
¿Ha sido 2023 su mejor año?
Pensaba que 2018 -fue campeona de Europa- era difícil de superar y más después del cuarto puesto en Tokio y el mal año que pasé en 2022 con las descalificaciones. Intenté salir de ese pozo, cambié algunas cosas y, como no hay mal que por bien no venga, han llegado los resultados.
¿Echa la vista atrás y piensa cuánto le ha costado llegar hasta aquí?
En la vida y en el deporte, para conseguir objetivos, hay que renunciar a muchas cosas, familia, amigos, obedecer a una orden y confiar en esas personas. Hay cosas que deportivamente son una experiencia única, pero otras no se pueden expresar con palabras, como la llegada a meta y el abrazo con Álvaro Martín en Budapest tras ganar los dos. Los sentimientos son muy difíciles de hacérselos llegar a la gente, pero una imagen vale más que 1.000 palabras.
¿Cuáles?
Estar en una cabalgata de Reyes, en un hospital llevando regalos a los niños o ser nombrada Hija Predilecta de Orce. Quiero que los niños vean que no hay que ponerse límites y por eso me parece muy bonito que se hayan iniciado los trámites para que el colegio en el que estudié se cambie de nombre y lleve el mío.
¿Cómo se sintió al ver eclipsado su éxito con todo lo que pasó con la selección femenina de fútbol?
Sabía que si ganaba iba a estar eclipsada por ello. No soy una persona egoísta ni soy una persona que piense solo en mí. Siempre que hay que decidir pienso en el bien común. Me fastidió que no se viera en primera plana porque sabía que si ganaban las chicas iban a ser portada. Después no me gustó lo que pasó tras el Mundial. Tener 24 campeonas el mismo día es algo muy difícil, pero vivimos en una sociedad en la que el fútbol es el deporte rey y ojalá el atletismo tuviese la misma repercusión. Lo que también me dolió es que no se pudiese ver la llegada a meta de Álvaro Martín.
Tras la victoria en el Mundial muchas marcas han mostrado su interés en el fútbol femenino para patrocinios, campañas de marketing... ¿Ha recibido muchas llamadas tras su triunfo?
Sinceramente, pensaba que tendría más repercusión al ganar un oro, pero no ha sido así. Tengo una marca de ropa desde 2018 que me ayuda (Asics), un patrocinio de la UCAM Murcia y un despacho, HispaColex.