Nicolas Nadji Bab, obispo de Laï, Chad, ha realizado una visita a Ciudad Real con el obejtivo de agradecer personalmente el apoyo brindado por diversas organizaciones locales a los proyectos de desarrollo en su diócesis. Entre estas, destaca la colaboración de la Diputación de Ciudad Real y la ONG Surcos, quienes, según el obispo, han sido pilares en la mejora de las condiciones de vida en su comunidad y su diócesis.

Uno de los momentos más emotivos de la visita fue el reconocimiento a la labor de Miguel Esparza, -el que fuera Vicario General de la Diócesis deCiudad real- quien, con sus ahorros personales, contribuyó a la construcción de tres aulas en una nueva escuela que llevará su nombre en señal de agradecimiento. «Es una oportunidad de expresar mi gratitud a estas personas que nos apoyan para mejorar», añade Bab. Esa escuela llevará el nombre de Esparza. La situación en Chad, especialmente en la diócesis de Laï, no es fácil.

Las inundaciones recientes han agravado un panorama ya de por sí difícil, caracterizado por la corrupción y la desigualdad. «El Chad no es un país pobre, pero está mal gestionado; los que están en el poder controlan todos los recursos», señala Bab, denunciando el sistema que deja a gran parte de la población sin acceso a servicios básicos como la educación, la salud y las infraestructuras. Las recientes lluvias han destruido cosechas y viviendas, lo que agrava el temor a una hambruna inminente en su diócesis. «La situación será muy difícil este año», afirma preocupado.

La visita del obispo de Chad a Ciudad Real para agradecer - Foto: Tomás Fernández de Moya

Además de las catástrofes naturales, Bab también aborda un conflicto social recurrente en Chad: la lucha entre agricultores y ganaderos. «Muchos ganaderos tienen detrás gente poderosa, militares y políticos, y los agricultores quedan subyugados y amenazados», describe Bab. La Iglesia católica, comprometida con la justicia social, se ha posicionado claramente del lado del pueblo. El obispo explica que, a pesar de las tensiones, los cristianos en Chad «son muy activos», y la Iglesia desempeña un papel crucial en áreas como la educación y la salud. «Las escuelas que funcionan son nuestras, y los centros de salud también». Cabe destacar que en el Chad, los católicos suponen el 25% de la población.

Durante su visita, Bab aprovechó para referirse a la situación política del país. En Chad, desde la muerte del presidente Idriss Déby en 2021, el poder ha pasado a su hijo Mahamat Déby Itno, quien, a pesar de prometer una transición rápida, continúa en el poder tras un polémico «diálogo nacional inclusivo». Baba afirma que no han tenido una estabilidad política en años, «y el pueblo no está contento», expresa el obispo, criticando un sistema que, según él, está diseñado para «mantener a los militares en el poder mientras se ignoran las necesidades de la población». El obispo deja clara su postura: «La Iglesia católica no participó en ese diálogo porque vimos que todo estaba organizado para que siguieran en el poder», explicando que la Iglesia ha preferido mantenerse fiel a su compromiso con el pueblo y denunciar las injusticias: «Dicen que somos la oposición», comenta. En este sentido, el obispo también se hizo eco del contundente mensaje de Navidad emitido por la Conferencia Episcopal de Chad.

En dicho documento, los obispos chadianos critican duramente la corrupción generalizada y la falta de justicia en el país. «Caminar juntos en la justicia nos compromete a honrar a Dios haciendo su santa voluntad y respetando los derechos humanos», reza la carta. Los obispos denuncian la desigualdad en el acceso a la educación, la salud y la seguridad, y señalan que la riqueza del país solo beneficia a una minoría, mientras que la mayoría sigue atrapada en la pobreza. Bab recalca que la Iglesia en Chad sigue siendo un faro de esperanza para muchos, con una fe vibrante, viva y en crecimiento.

La visita del obispo de Chad a Ciudad Real para agradecer - Foto: Tomás Fernández de Moya

«Cada año bautizamos a muchos, y en las celebraciones, las personas están presentes durante horas, sin cansarse», asegura, destacando la vitalidad de una comunidad que, aunque económicamente pobre, sigue siendo rica en fe y esperanza. «Nos debemos a los que más necesitan», concluye. La iglesia católica está presente en Chad con ayuda de Cáritas. Bab reafirma el compromiso de la Iglesia chadiana con la justicia y el bienestar de sus fieles: «Tenemos claro donde queremos estar, al lado de nuestro pueblo». 

Surcos, la pequeña ONG que trabaja en el Chad

Sur, Cooperación y Servicio (Surcos) es una ONG para el Desarrollo fundada en Ciudad Real en 2007. Aunque está abierta a colaborar con cualquier país del mundo, hasta ahora ha realizado todos sus proyectos de desarrollo en el Chad, un país de África Central que ocupa el segundo lugar entre los más subdesarrollados del mundo, según la clasificación del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo). Para ejecutar sus proyectos ha contado principalmente con el apoyo de la Diputación de Ciudad Real y de los Ayuntamientos de Ciudad Real y Manzanares, así como con ayudas privadas, entre las que cabe destacar las de la Fundación Barceló.

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Sus proyectos se han centrado principalmente en el campo de la salud (creación de dos centros de salud en las localidades de Béré y Djoun), de la educación, (construcción de escuelas en Laï) y ayuda a todos los discapacitados físicos (Maybombay y centro "Lo Njia Tar" ('personas como las demás') de Doba. Otra de las labores que SURCOS realiza es el asesoramiento a personas, instituciones y organizaciones que deseen colaborar con el Chad, pues varios de sus miembros poseen amplia experiencia en este país. Efectúa también la sensibilización de la sociedad española sobre la situación de África en general y del Chad en particular.