Los cofrades viven estos días pegados al móvil para conocer la última hora de la evolución del tiempo a través de la web o la aplicación de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Las previsiones para estos días no son nada halagüeñas, con lluvia todas las jornadas, con porcentajes más o menos elevados, hasta el Domingo de Resurrección. La incertidumbre acompañará a los hermanos y hermanas mayores y a sus juntas de gobierno hasta minutos antes de que comiencen las procesiones.
«La incertidumbre es lo que más nos inquieta, porque si está lloviendo a mares, hay poca duda», afirma Ángel Ruiz-Moyano, hermano mayor del Silencio, para avanzar que si el tiempo es incierto, realizarán la estación de penitencia con la oración dentro del templo. Explica que el Martes Santo prepararán la procesión de la Virgen del Mayor Dolor y minutos antes de las doce de la noche, se reunirán en la sacristía de la parroquia de San Pedro para tomar una decisión. Y lo mismo ocurrirá el Jueves Santo con la salida del Cristo de la Buena Muerte. Tampoco se plantean retrasarlas si hay previsión de que cese la lluvia: «Sólo saldrán si es a la hora establecida».
Ruiz-Moyano insiste en que «ante la duda de que pueda caer agua, no salimos y meditamos los dolores dentro del templo». En primer lugar, explica, por salvaguardar el patrimonio humano, puesto que son procesiones en las que participa gente mayor y suelen portar cruces y cadenas. Y después, por supuesto, por proteger el patrimonio artístico, ya que la imagen del Cristo está recién restaurada y la de la Virgen, lo fue hace sólo unos años.
Con la mirada al cielo hasta el último segundo - Foto: Jesús MonroyFundas. La previsión de lluvia para el Viernes Santo en la capital, según la aplicación de la Aemet, es del 100%. Ese día, por la mañana, será el turno de la Oración en el Huerto, El Encuentro, Cristo del Perdón, Jesús Caído y la Misericordia. «Las cinco hermandades de la Pasionaria de San Pedro se reúnen un poco antes de la procesión y deciden por mayoría si salen o no», explica el hermano mayor de El Encuentro, Pedro Pastrana, que precisa que, al menos, así se viene haciendo en los últimos años. «Este año estrenamos paso (obra de Alberto Fernández) y tenemos mucha ilusión, pero también miedo y posiblemente tengamos que esperar a 2025», apostilla. Si finalmente salen a la calle, llevarán unas fundas para intentar proteger de la lluvia, en la medida de lo posible, las imágenes de los titulares y el resto del patrimonio.
En una tesitura similar se encuentra la Flagelación, cuya procesión está prevista para mañana miércoles, a partir de las siete de la tarde. Ese día, apunta su hermano mayor, Emilio Martín, harán un seguimiento por horas de la previsión meteorológica y minutos antes del inicio tomarán una decisión definitiva. Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo están más de cinco horas en la calle y aunque la ilusión por salir es máxima, toda precaución es poca, máxime cuando están en pleno proyecto de dorado de uno de los pasos. Explica que si estuviera lloviendo a la hora de la salida, pero las precipitaciones dieran luego un poco de tregua, se plantearían retrasar el comienzo de la procesión, «como máximo, una hora, hasta las ocho de la tarde».
Consenso. «Salvo que la previsión meteorológica sea catastrófica, vamos a mirar la evolución del tiempo hasta el último minuto, con la idea de salir a la calle». Así lo remarca el hermano mayor del Santo Entierro, José Villaseñor, que explica que el Viernes Santo por la tarde ocurre igual que por la mañana: «O salimos las cinco hermandades o no sale ninguna». Una decisión que adoptarán por consenso junto con el Cristo de la Piedad, Ave María, el Descendimiento y las Angustias. Para ello, solicitarán informes de última hora a la Aemet (un servicio que ofrece la Asociación de Cofradías a todas las hermandades) e información a la Base de Helicópteros de Almagro.
Villaseñor hace hincapié en que los pasos están durante muchas horas en la calle y «hay muy pocos sitios donde refugiarte» en el caso de que empiece a llover. Una vez tuvieron que buscar cobijo debajo del Ayuntamiento. Recuerda que en 2018 y 2019 suspendieron las procesiones por amenaza de precipitaciones y el último año, cuando el porcentaje de lluvia era del 90%, «no cayó ni una gota». «No es una decisión agradable, pero muchas veces es necesaria», sentencia.