Ciudad Real ha tenido a lo largo de su historia alcaldes meritorios que trataron de mejorar la ciudad en la medida de las posibilidades que cada coyuntura económica y política ofrecía. De entre todos ellos, sin minusvalorar la actuación de otros, entre los que se encuentran alcaldes y alcaldesas buenos amigos , destaco en este artículo, que escribo con ocasión de la publicación de las memorias de Lorenzo Selas, a tres que tienen en común haber estado al frente del municipio en momentos históricos de cambio impulsando una importante labor reformista.
Enrique de Cisneros y Nuevas, implicado en las conspiraciones de la revolución de 1854, fue nombrado Gobernador de Ciudad Real y Alcalde-Corregidor de la capital en 1858. Estuvo al frente del ayuntamiento durante cinco años, esto es hasta 1863. Gobernaba entonces en España la Unión Liberal de O'Donnell, un partido formado por miembros procedentes de los partidos moderado y progresista, una especie de centro liberal doctrinariamente ecléctico, aunque realizó un esfuerzo en lo que se podría caracterizar como "política práctica" impulsando las obras públicas e intentando modernizar la economía movilizando el capital desamortizado. En 1869 Domingo Clemente, un profesor de la Escuela Normal e Inspector de 1ª Enseñanza, publicó una Guía de Ciudad Real (Reeditada por el IEM en 1977) que dedica a Enrique de Cisneros, "Abogado de los Tribunales de la Nación y Diputado a Cortes". En dicha dedicatoria, refiriéndose a la situación de la capital, escribió: "Dormida yacía en la inacción cuando fue V. nombrado su Gobernador y Alcalde- Corregidor (...) y conocidas son de todos los manchegos las numerosas y trascendentales reformas que se proyectaron (...) La creación del Hospicio, de la Casa de maternidad, de expósitos, y de las escuelas normales superiores de Maestros y Maestras; los ensanches del Instituto de 2ª enseñanza y del Hospital, la construcción de la Puerta de Ciruela y de las Fuentes públicas, la mejora del aspecto de las calles, plazas y paseos, la celebración de una Exposición de agricultura, la restauración del Santuario de Alarcos, la erección del monumento consagrado a la memoria de Hernán Pérez del Pulgar, el de las Hazañas; el proyecto de desecación de los Terreros, el de construcción de un edificio para las oficinas del Gobierno de la provincia y otro para un presidio modelo, y por último el de una Escuela de párvulos…"
La Ronda de Cisneros debe su nombre, no al Cardenal del mismo apellido, como mucha gente cree, sino a quien hizo toda esa labor. La ciudad le reconoció con ese merecido homenaje para que perdure su memoria.
José Maestro San José fue elegido alcalde tras las elecciones municipales celebradas el 12 de abril de 1931. Bien conocidas son las consecuencias de sus resultados: el triunfo republicano en las grandes ciudades y en 41 de las 50 capitales de provincia, Madrid y Barcelona incluidas, hizo que dos días más tarde, el 14 de abril, se proclamara la República. En Ciudad Real los resultados dieron la victoria a la candidatura republicano-socialista ( con 2.010 votos) frente a la monárquica ( 1.975 votos) lo que supuso que hubiera 8 concejales republicanos, 8 socialistas y 8 monárquicos. Aquí se proclamó la República el día 15 a las diez de la mañana por parte del socialista Fernando Piñuela, que
se había hecho cargo de la Alcaldía, ante la multitud que se congregó frente al Ayuntamiento en la plaza de la Constitución, después de haber salido en manifestación desde el parque de Gasset. Tras la elección de Piñuela como Diputado en las elecciones constituyentes celebradas unos meses más tarde, José Maestro, que había sido elegido concejal, se hizo cargo de la alcaldía.
Al acabar su mandato, la Corporación republicano-socialista publicó un folleto titulado 20 meses de la labor municipal ,1931-1932 en el que realizaba un balance de lo mucho realizado en tan poco tiempo. ( En 1983 la Agrupación Socialista de Ciudad Real publicó un facsímil acompañado de siete estudios sobre la época). En dicho balance, la Corporación elegida en 1931 daba cuenta de su gestión económica y de la labor desarrollada en las diversas áreas. Especial relevancia tiene el capítulo dedicado a la Urbanización , dando cuenta de los trabajos desarrollados en el abastecimiento de agua, alcantarillado y pavimentación. Se arreglaron muchas calles y la "Plaza de D. Luis", donde "hoy frente al Palacio de la Diputación, se levantan la Casa de Socorro y una Audiencia". Se alineó la calle Alarcos, para lo que hubo que expropiar cinco edificaciones. También se arregló el antiguo cementerio de San Pedro y el acceso al templo con unos jardines.
En el Parque de Gasset "se atendió a la instalación del monumento del mismo nombre" y se abrió una Biblioteca Popular y un palomar. Y aunque el Grupo Escolar Pablo Iglesias (actual Carlos Eraña) lo inició el Ayuntamiento de Antonio Prado, acabó el expediente de construcción José Maestro. Para los alumnos de Primera Enseñanza organizó Colonias Escolares en las costas del Cantábrico y en las playas levantinas. Se creó también la Cantina Escolar, donde se facilitaba desayuno y almuerzo a 130 niños; y se planteó otra Cantina en el Grupo Escolar Cruz Prado. Asimismo se planteó el desdoblamiento de la escuela de la Poblachuela y la construcción de otra en Valverde. En fin, en la Memoria de gestión se daba cuenta de muchas otras actuaciones ( de bolsa de trabajo, asistencia social, alumbrado, beneficencia y sanidad…) que alargarían demasiado un artículo de estas características, pero que ponen de manifiesto el enorme esfuerzo modernizador y reformista que se realizó sólo en unos pocos meses.
Los ciudadrealeños reconocieron la labor realizada y mediante suscripción popular levantaron en su honor una farola en la que se puede leer: "A José Maestro. Al Alcalde reformador de la ciudad ". (Esta inscripción fue borrada después de la guerra y el primer alcalde de la democracia, Lorenzo Selas, la restauró). En la actualidad, un Instituto de Enseñanza y una Residencia Universitaria llevan su nombre como homenaje y recuerdo de su labor.
Lorenzo Selas Cáspedes fue elegido alcalde en 1979 en las primeras elecciones municipales celebradas en España después de la Dictadura y ganó posteriormente las elecciones en 1983, 1987, 1991 y 1993, primero encabezando la candidatura de UCD y finalmente en el PSOE. Al margen de estas organizaciones, en gran medida la victoria electoral se debía a su tirón personal y al reconocimiento de su trabajo, pues la población era consciente de su eficaz gestión así como de su talante amable y negociador.
No me extenderé ahora en desgranar (invito a la lectura del libro que acaba de publicar: Relato de una época, ed. Serendipia ) todas las gestiones realizadas y las obras y mejoras emprendidas en sus años de Alcalde, pero es indudable que hubo un antes y un después. Durante estos años se produjo la transformación de "capitaleja" a digna capital de la provincia.
Quienes tengan memoria pueden recordar cómo era Ciudad Real antes de 1979 y cómo cambió durante ese período. Fueron los años, además de muchas obras menores y actuaciones de todo tipo, del comienzo de la Universidad, de la llegada del AVE ( que implicó una transformación urbana muy importante al levantar las antiguas vías), de la mejora definitiva del abastecimiento de agua, de construcción de nuevos centros de enseñanza, de impulso de la hostelería y el comercio, de las políticas de bienestar y de fomento de la cultura y recuperación del patrimonio así como de nuestras fiestas y tradiciones.
Permítanme una consideración personal. Fui su adversario en las elecciones de 1983 y durante la campaña, no sólo no nos insultamos ni nos descalificamos, sino que nos hicimos buenos amigos (En los tiempos que corren es bueno recordar que los adversarios políticos no tienen porqué ser enemigos sino que incluso pueden, y deben, llevarse bien) Después, cuando tuve responsabilidades en la Junta de Castilla- La Mancha, tuvo en mí , y yo en él, un leal colaborador para todo lo que beneficiaba a nuestra tierra. Cuestión que conviene destacar pues demuestra que, en efecto, hay otra forma de actuar en política sin recurrir a la descalificación y a la agresión permanente.
Como Lorenzo lea el siguiente párrafo se va a enfadar mucho conmigo, pero no me resigno a no verbalizar lo que pienso: de la misma manera que un tramo de La Ronda lleva el nombre de Enrique de Cisneros, y una "Farola" y un Colegio y una Residencia recuerdan a José Maestro, en algún momento habrá que reconocer institucionalmente, con justicia y generosidad, la labor desarrollada, con absoluta limpieza y compromiso cívico, por Lorenzo Selas, un buen alcalde transformador de nuestra ciudad.